El cáncer de hueso es un tumor que se origina a partir de células anormales producidas en el tejido óseo o puede desarrollar células cancerosas de otros órganos, como la mama, el pulmón y la próstata, que caracterizan la metástasis. Existen varios tipos de cáncer de hueso, pero los síntomas suelen ser muy similares, con dolor e hinchazón de las articulaciones y fracturas frecuentes y leves, conocidas como fracturas patológicas.
El diagnóstico lo realiza un ortopedista u oncólogo mediante pruebas como radiografías, resonancia magnética, tomografía computarizada, tomografía por emisión de positrones (tomografía por emisión de positrones) y biopsia ósea. El tratamiento del cáncer de hueso se puede realizar con quimioterapia, radioterapia o cirugía, según el tamaño, el tipo y la ubicación del tumor en el hueso.
Síntomas principales
Los síntomas más comunes del cáncer de huesos incluyen:
- Dolor de huesos: Normalmente, el dolor no es constante al principio, pero puede ser muy intenso por la noche o cuando las piernas se mueven, como al caminar;
- Hinchazón de las articulaciones: puede aparecer un nudo en las articulaciones, aumentando el dolor y el malestar, principalmente en las rodillas y los codos;
- Huesos que se rompen con facilidad: Pueden ocurrir fracturas patológicas, que es cuando los huesos se rompen con mayor facilidad debido a la fragilidad provocada por el tumor, y las fracturas de fémur o columna son más comunes.
Aparte de estos signos de cáncer, el tumor puede provocar pérdida de peso sin motivo aparente, fatiga intensa y fiebre constante. Si el cáncer se ha diseminado a otros órganos, como los pulmones, puede provocar otros síntomas más específicos, como dificultad para respirar.
Cómo confirmar el diagnóstico
Cuando un médico sospecha una lesión ósea, puede solicitar una radiografía, ya que una radiografía puede mostrar si hay un defecto en el hueso o en los tejidos cercanos, como el músculo o la grasa. En algunos casos, su médico puede ordenar una radiografía de tórax para evaluar si el cáncer de hueso se ha diseminado a sus pulmones solo cuando el diagnóstico ya ha sido confirmado.
La resonancia magnética (IRM) es la prueba más común que realiza un médico para confirmar el cáncer de hueso y para determinar el tamaño y el tamaño del tumor, pero también se pueden recomendar la tomografía computarizada y la tomografía por emisión de positrones porque pueden mostrar si hay otras partes del hueso se ven afectados. de la enfermedad. La biopsia de hueso también se realiza junto con estas otras pruebas de diagnóstico por imágenes porque muestra el tipo de células anormales que están causando el cáncer.
¿Cuáles son los tipos de cáncer de huesos?
Existen diferentes tipos de cáncer de hueso, que dependen de la parte del hueso afectada, el tejido y el tipo de célula que forma el tumor, como por ejemplo:
- Osteosarcoma: Es un tipo de cáncer que se desarrolla a partir de las células responsables de la formación de los huesos, se presenta principalmente en los huesos de los brazos, las piernas y la pelvis, y es más común entre los 10 y los 30 años;
- Condrosarcoma: Comienza en las células que forman el cartílago. Es el segundo tipo más común de cáncer de huesos y es poco común en personas menores de 20 años.
- Sarcoma de Ewing: Puede ocurrir en niños y adolescentes, es poco común en adultos mayores de 30 años, y las partes más afectadas son los huesos de la región pélvica y los huesos largos de piernas y brazos.
- Histiocitoma fibroso maligno: Este tipo de cáncer de hueso comienza en los ligamentos y tendones que se encuentran cerca de los huesos y es más común en los ancianos;
- Fibrosarcoma: También es un tipo de cáncer de hueso que se desarrolla a partir de tejidos blandos, conocidos como ligamentos y tendones;
- Tumor de células óseas gigantes: puede ser benigno o maligno y generalmente afecta el área de la rodilla;
- Cordoma: Se desarrolla con mayor frecuencia en adultos mayores de 30 años y afecta los huesos del cráneo y la columna vertebral.
De manera similar, el cáncer de hueso no siempre comienza en las células óseas, lo que a menudo ocurre como resultado de un cáncer avanzado que hace metástasis en otro órgano, como los cánceres de mama, próstata y pulmón, por ejemplo.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento del cáncer de hueso lo indica el oncólogo y depende del tipo de tumor, su tamaño y su ubicación, y normalmente está indicada la quimioterapia, la radioterapia y en algunos casos la cirugía para extirpar el tumor.
En los casos más graves, es necesario amputar el miembro afectado, manteniendo, si es posible, al máximo de su funcionalidad o, según el caso, se puede realizar una endoprótesis, que es una prótesis que sirve para sustituir el hueso que se ha ha sido eliminado.
Sin embargo, cuando el cáncer de hueso se encuentra en una etapa muy avanzada, lo que suele ocurrir es la metástasis, y el tratamiento más común se llama cuidados paliativos, que se realiza para garantizar la calidad de vida de la persona con el fin de reducir el dolor con medicación. malestar causado por los síntomas del cáncer.