La disostosis cleidocraneal, también conocida como displasia cleidocraneal, es una malformación genética y hereditaria muy rara en la que hay un retraso en el desarrollo de los huesos del cráneo y los hombros del niño, así como de los dientes.
Si bien pueden existir varios casos de esta condición en una misma familia, generalmente las características y síntomas que presentan varían mucho de persona a persona y por esta razón cada caso debe ser evaluado por un pediatra.
Principales características
Las características de la displasia cleidocraneal varían de persona a persona, pero las más comunes incluyen:
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Retraso del cierre del molar o fontanela del bebé;
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Mentón y frente prominentes;
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Nariz muy ancha;
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Encía bucal más alta de lo normal;
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Clavícula más corta o ausente;
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Hombros estrechos y muy flexibles;
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Retraso en el crecimiento de los dientes.
Además, la displasia puede afectar la columna y en estos casos pueden presentarse otros problemas como la escoliosis y la baja estatura, por ejemplo. De la misma forma, cambios en los huesos de la cara pueden provocar modificación de los senos nasales, lo que puede provocar convulsiones de sinusitis más frecuentes en niños con displasia cleidocraneal.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de displasia cleidocraneal suele ser realizado por el pediatra, luego de observar las características de la afección. Por este motivo, puede ser necesario realizar pruebas diagnósticas, como radiografías, para confirmar cambios en los huesos del cráneo o del tórax, por ejemplo.
¿Quién puede tener esta condición?
La displasia claidocraneal es más común en niños en los que uno o ambos padres tienen malformaciones, pero debido a que es causada por un cambio genético, esta condición puede ocurrir en hijos de personas que no tienen otros antecedentes familiares debido a una mutación genética.
Sin embargo, la displasia cleudocraneal es muy rara, con solo un caso de cada 1 millón de nacimientos en todo el mundo.
Cómo se realiza el tratamiento
En muchos casos, no es necesario realizar algún tipo de tratamiento para corregir los cambios provocados por la displasia cleidocraneal, porque no obstaculizan el desarrollo del niño ni le impiden tener una buena calidad de vida.
Sin embargo, en casos de malformaciones más grandes, es común que el médico recomiende diferentes tipos de tratamientos según el cambio a tratar:
1. Problemas dentales
En el caso de problemas y cambios dentales, el objetivo es mejorar la apariencia de la boca para permitir que el niño desarrolle más confianza en sí mismo, además de tener una mayor facilidad para masticar los alimentos.
De esta forma, es importante acudir a un dentista u ortodoncista para valorar las necesidades, como la colocación de algún tipo de dispositivo o incluso la cirugía.
2. Trastornos del habla
Debido a los cambios en la cara y los dientes, algunos niños con displasia cleidocraneal pueden tener dificultad para hablar correctamente. El pediatra también puede ordenar sesiones de logopedia.
3. Sinusitis frecuente
Debido a que la sinusitis es relativamente común en pacientes con esta afección, su médico puede señalar los primeros signos de advertencia que conducen a una sospecha de sinusitis, como irritación, presencia de fiebre leve o rinitis, para comenzar el tratamiento adecuado lo antes posible. .más rápido y ayuda en la recuperación.
4. Huesos débiles
En el caso de la displasia cleidocraneal que causa debilidad ósea, su médico puede recomendarle que tome suplementos de calcio y vitamina D, por ejemplo.
Además, durante el desarrollo de un niño, es importante ver a un pediatra y un ortopedista con regularidad para evaluar si están ocurriendo nuevas complicaciones que deban tratarse para mejorar la calidad de vida del niño.