Para estimular el apetito del niño puede resultar interesante recurrir a algunas estrategias como dejarlo ayudar a preparar las comidas, llevarlo al supermercado y preparar comidas más atractivas y divertidas. Sin embargo, también es importante tener paciencia, ya que las estrategias para estimular el apetito generalmente solo funcionan cuando se repiten varias veces.
El recurso a medicamentos estimulantes del apetito está indicado solo en casos excepcionales, cuando el niño tiene un alto riesgo de desnutrición, y deben usarse solo de acuerdo con las instrucciones del médico o nutricionista.
La falta de apetito en los niños es normal entre los 2 y los 6 años, por lo que es común que en esta etapa puedan rechazar la comida. Sin embargo, algunos consejos que pueden ser útiles para estimular el apetito de su hijo son los siguientes:
1. Definir las comidas del día con el niño.
Una forma de ayudar a tu hijo a comer mejor y abrir el apetito es planificar juntos las comidas del día, siguiendo sus ideas y sugerencias, ya que así podrás incluirlo en el proceso, lo que hará que se interese más por comer.
También es interesante incluirlo en la preparación de las comidas, pues de esa forma nota que sus sugerencias han sido tomadas en cuenta.
2. Lleva al niño al supermercado.
Llevar a tu hijo al supermercado es otra estrategia que ayuda a aumentar el apetito, ya que es interesante pedirle que empuje el cochecito o que lleve algún alimento, como fruta o pan, por ejemplo.
Después de la compra, es importante ayudar a guardar la comida en el armario, ver qué comida se compra y dónde se coloca, además de incluirte en la distribución de la mesa, por ejemplo.
3. Come en el momento adecuado
El niño debe realizar al menos 5 comidas al día, desayuno, merienda matutina, almuerzo, merienda y cena, siempre a la misma hora porque educa al cuerpo para que siempre sienta hambre a la misma hora. Otra preocupación importante es no comer ni beber nada 1 hora antes de una comida, porque así el niño tendrá más apetito por la comida principal.
4. No llene demasiado el plato
Los niños no deben tener un plato de comida muy lleno, porque pequeñas cantidades de cada alimento son suficientes para ser alimentados y saludables. Además, no todos los niños tienen el mismo apetito, y es normal que entre 2 y 6 años sea menor, porque es una fase de crecimiento más lento.
5.Prepara comidas divertidas
Para abrir el apetito del niño, una buena estrategia es preparar comidas divertidas y coloridas, combinando la comida que más le gusta con la que menos le gusta, ya que esta es una gran opción para que el niño coma verduras. Así, con la ayuda de este tipo de alimentos, es posible entretener al niño y estimular su apetito.
6. Prepare la comida de manera diferente
Es importante que el niño tenga la oportunidad de probar alimentos preparados de diferentes formas, como crudos, cocidos u horneados, pues de esa manera puede haber colores, sabores, texturas y disponibilidad de diversos nutrientes, para gustar más o menos ciertos vegetales. según la forma en que se preparó.
7. Evite las «tentaciones»
Es recomendable tener en casa alimentos frescos como verduras y frutas, así como pastas, arroz y pan, y evitar los alimentos industrializados y preparados, ya que, aunque tienen más sabor, son perjudiciales para la salud cuando se consumen a diario. y hacer que a los niños no les guste el sabor de la comida sana porque son menos intensos.
8. Rompe la rutina
Para aumentar el apetito del niño y hacer que la comida parezca un momento divertido, los padres pueden reservar un día del mes para cambiar su rutina y salir a comer en casa, en el jardín, hacer un picnic o una barbacoa, por ejemplo.
9. Coman juntos
La comida, como el desayuno, el almuerzo o la cena, debe ser un momento en el que la familia esté junta y todos coman la misma comida, lo que hará que el niño comprenda que debe comer lo mismo que sus padres y hermanos.
De esta forma, para que el niño adquiera hábitos saludables, es muy importante que los adultos sean un ejemplo para el niño, mostrando el gusto por lo que come, porque repiten lo que hacen los adultos.