La neumonía es una inflamación de los pulmones, generalmente causada por infecciones de diversos microorganismos como bacterias, virus u hongos. Aunque la neumonía en sí no es contagiosa, los microorganismos que causan la enfermedad pueden transmitirse de una persona a otra, lo que facilita que las personas con sistemas inmunitarios debilitados, como los ancianos, contraigan la enfermedad. , niños, inmunodeprimidos, p. ej.
Por esta razón, es importante adoptar estrategias que puedan reducir la posibilidad de contraer neumonía, como: lavarse bien las manos, vacunarse anualmente contra la gripe y controlar la aparición de rinitis alérgica, por ejemplo.
Cómo evitar la neumonía
La neumonía se puede prevenir si se toman algunas medidas para fortalecer el sistema inmunológico, evitando no solo esta sino también otras enfermedades causadas por microorganismos, que pueden transmitirse fácilmente de una persona a otra. Por eso, los primeros 7 consejos para evitar la neumonía son:
1. Mantente bien hidratado y nutrido.
Es importante tener una dieta equilibrada, así como beber unos 2 litros de agua al día, porque una inmunidad bien activa es capaz de combatir los agentes causales, como virus y bacterias, antes de que la infección llegue a los pulmones. También se recomienda reducir el consumo de bebidas alcohólicas, ya que el consumo de alcohol puede deteriorar el sistema inmunológico y facilitar la aspiración de secreciones y vómitos, favoreciendo la aparición de neumonía.
2. Evite fumar
El hábito de fumar provoca inflamación en los tejidos de las vías respiratorias, lo que facilita el crecimiento de microorganismos, además de reducir la capacidad de los pulmones para promover la expulsión del organismo.
3. Controlar las crisis de rinitis alérgica
Al evitar situaciones que causan alergias, como polvo, pelo de animales, polen o ácaros, por ejemplo, la inflamación inducida por alergias puede actuar como puerta de entrada para virus, bacterias y hongos.
4. Mantenga limpio el aire acondicionado
Mantenga el clima limpio y en condiciones adecuadas para su uso, ya que tienden a dejar el aire muy seco y esparcir agentes alérgenos.
5. Humedezca el aire
Humedezca el aire con un humidificador o colocando un recipiente con agua en la habitación por la noche, especialmente en invierno, un período en el que el aire es más seco y aumenta la contaminación del aire y la irritación de las vías respiratorias.
6. Mantenga sus manos limpias lavándose con frecuencia o usando un gel de alcohol.
Lavarse las manos con frecuencia con jabón o usar un gel de alcohol siempre que esté en público, como centros comerciales, autobuses o metro, ayuda a prevenir la transmisión de microorganismos responsables de causar infecciones respiratorias.
7. Evite los lugares cerrados y concurridos.
Se deben evitar los lugares cerrados y concurridos, especialmente durante las epidemias infecciosas, ya que esto facilita la transmisión de enfermedades.
8. Reciba una vacuna anual contra la gripe
Es importante vacunarse contra la gripe, ya que están diseñados para proteger contra los virus más peligrosos que circulan en el ambiente durante todo el año, y esto es muy importante para los niños hasta los 5 años, los ancianos y los portadores de enfermedades crónicas. enfermedades., como diabetes, enfermedades cardíacas y enfermedades pulmonares.
Además, las personas con enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades del corazón, enfermedades respiratorias o enfermedades del hígado, por ejemplo, deben mantenerlas bien tratadas y controladas, con el uso adecuado de la medicación y supervisión médica, porque la descompensación de estas enfermedades compromete la inmunidad y alivia. infección pulmonar.
Cómo prevenir la neumonía en los niños.
Los bebés y los niños de hasta 2 años son más propensos a las infecciones porque el sistema inmunológico aún se está desarrollando. Por este motivo, es importante que el niño no entre en contacto con personas con infecciones respiratorias, como gripes y resfriados, además de visitas frecuentes a ambientes congestionados o con excesiva contaminación y humo de cigarrillo, especialmente durante periodos de epidemias infecciosas. .
La dieta también debe ser equilibrada, preferiblemente con leche materna exclusiva hasta por 6 meses, para el buen desarrollo de las defensas del niño y la introducción de nuevos alimentos según las indicaciones del pediatra. Descubra cuál es la dieta adecuada y cuál es la rutina de alimentación ideal para su bebé.
Los niños también deben vacunarse anualmente contra la gripe, especialmente aquellos con antecedentes médicos de infecciones recurrentes o aquellos con problemas pulmonares como bronquitis y asma.
¿La neumonía es grave?
La mayoría de las veces, la neumonía no es grave y se puede tratar en el hogar según la causa, generalmente con antibióticos como Amoxicilina y Azitromicina y algunos cuidados, como reposo e hidratación, bajo la supervisión de un médico. Obtenga más información sobre algunas pautas para el tratamiento de la neumonía.
Sin embargo, en algunos casos, la neumonía puede progresar gravemente y causar síntomas como dificultad para respirar, confusión mental y deterioro de la función de otros órganos. En estos casos, es necesario estar hospitalizado, utilizar fármacos por vía intravenosa, e incluso utilizar oxígeno para ayudar a respirar.
Algunos de los factores que determinan la gravedad de la neumonía son:
- Tipo de microorganismo, que pueden ser más agresivas, como bacterias como Klebsiella pneumoniae y Pseudomonas aeruginosa, por ejemplo, que son muy peligrosas porque tienen una alta susceptibilidad a las infecciones y son resistentes a muchos antibióticos;
- Inmunidad de la persona, que es importante para crear barreras y prevenir daños a la infección pulmonar en ancianos, lactantes y personas con enfermedades autoinmunes, SIDA, cáncer o diabetes descompensada, por ejemplo;
- Hora de inicio del tratamiento, porque la detección rápida y el inicio del tratamiento evita que la infección empeore y se vuelva más difícil de tratar.
Además, ante la presencia de signos y síntomas que indiquen neumonía, es importante realizar una evaluación médica para un diagnóstico rápido y comenzar el tratamiento lo antes posible.