El sangrado interno es un sangrado que ocurre en el cuerpo y puede pasar desapercibido, lo que dificulta su diagnóstico. Puede estar provocada por lesiones o fracturas, así como por enfermedades como la hemofilia, la gastritis o la enfermedad de Crohn, por ejemplo.
El tratamiento suele ser cirugía, pero en algunos casos la hemorragia interna puede detenerse por sí sola.
Los síntomas más comunes
Los síntomas que pueden ocurrir durante una hemorragia interna dependen de dónde ocurran y de la gravedad de la lesión. Cuando la sangre entra en contacto con tejidos y órganos internos, puede causar inflamación, lo que facilita el diagnóstico del sitio de sangrado.
Los síntomas más comunes asociados con hemorragias internas en diferentes áreas del cuerpo son mareos, debilidad en uno o ambos lados del cuerpo, desmayos, presión arterial baja, problemas de visión, dolor de cabeza intenso, dolor abdominal, dificultad para tragar y respirar, dolor en el pecho, náuseas, vómitos y diarrea, así como pérdida del equilibrio y del conocimiento.
Posibles Causas
Las causas del sangrado interno pueden ser diferentes, como:
1. Lesiones
Las lesiones provocadas por accidentes automovilísticos, convulsiones o caídas, por ejemplo, pueden afectar la cabeza, algunos órganos, vasos sanguíneos o huesos y provocar hemorragias internas.
2. Fractura
El sangrado puede ser causado por fracturas de los huesos porque contienen la médula ósea, donde se produce la sangre. Una fractura de un hueso grande, como el fémur, puede provocar la pérdida de casi medio litro de sangre.
3. Embarazo
Aunque esto no es normal, puede haber sangrado durante el embarazo, principalmente en el primer trimestre, lo que puede indicar un aborto espontáneo o un embarazo ectópico. Conoce los principales síntomas del embarazo ectópico.
Si el sangrado ocurre después de la semana 20 de embarazo, puede indicar placenta previa, que ocurre cuando la placenta cubre parcial o completamente la abertura interna del cuello uterino, lo que puede causar síntomas como sangrado vaginal intenso. Vea qué es la placenta previa.
4. Cirugía
Durante la cirugía, puede ser necesario realizar incisiones en áreas estratégicas del cuerpo que causan sangrado, las cuales son controladas por el cirujano antes de completar el procedimiento. Sin embargo, puede haber sangrado interno durante horas o incluso días después de la cirugía, por lo que es necesario regresar al hospital para controlar el sangrado.
5. Sangrado espontáneo
El sangrado interno también puede ocurrir de manera espontánea, especialmente en aquellos que toman anticoagulantes o padecen un trastorno hemorrágico.
6. Medicamentos
Algunos medicamentos, como los anticoagulantes, pueden provocar hemorragias internas más fácilmente después de una lesión porque su función es prevenir el proceso de coagulación.
Además, los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) pueden provocar hemorragias en el tracto gastrointestinal, principalmente el esófago, el estómago y el duodeno, debido a sus efectos secundarios. Esto se debe a que este tipo de medicamentos inhiben la enzima del estómago que es responsable de producir las prostaglandinas que actúan para protegerlo.
7. Abuso de alcohol
El alcohol excesivo a largo plazo puede causar sangrado debido a cambios en los mecanismos de coagulación y daño al estómago. Además, puede causar cirrosis del hígado que conduce a hemorragia en el esófago.
Factores de coagulación insuficientes
En una persona sana se crean factores de coagulación, que son importantes para detener el sangrado cuando hay una herida. Sin embargo, en algunas enfermedades, como la hemofilia, estos factores pueden reducirse o incluso desaparecer, lo que aumenta el riesgo de hemorragia.
9. Hipertensión crónica
En las personas con hipertensión, las paredes de algunos vasos sanguíneos pueden debilitarse, provocando aneurismas que pueden romperse y sangrar, poniendo en peligro la vida de la persona.
10. Enfermedades gastrointestinales
Algunas afecciones gastrointestinales, como pólipos, úlcera gástrica, colitis, enfermedad de Crohn, gastroenteritis o esofagitis, también pueden causar sangrado en el estómago o el abdomen. El sangrado gastrointestinal generalmente se observa con vómitos o heces debido a la presencia de sangre.
Diagnóstico de hemorragia interna
El diagnóstico de hemorragia interna se puede realizar de muchas formas, dependiendo de muchos factores. Por lo general, se realiza una evaluación física, así como análisis de sangre para evaluar la gravedad del sangrado, y en los casos en que el sangrado es causado por un accidente o una lesión grave, es posible que se requieran pruebas de imagen del área si se sospecha una hemorragia.
De esta manera, se puede solicitar una radiografía para evaluar la fractura ósea, o una tomografía computarizada o resonancia magnética, en la que se pueden analizar los huesos, tejidos y vasos sanguíneos.
Otras opciones incluyen ultrasonido, análisis de sangre en heces, endoscopia, colonoscopia o angiografía, que también se pueden usar para detectar una arteria dañada.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la hemorragia interna depende de la causa, el grado de hemorragia, el órgano, tejido o vaso lesionado y la salud de la persona.
Algunas hemorragias internas pueden detenerse por sí solas sin necesidad de tratamiento. Sin embargo, en la mayoría de los casos es necesaria una cirugía urgente, ya que una pérdida significativa de sangre puede poner en riesgo la vida de una persona.