El quiste pilonidal o quiste sacro es un tipo de bulto que se desarrolla al final de la columna, en la parte superior del surco glúteo, generalmente contiene fibras, glándulas sebáceas y sudoríparas y restos de piel del desarrollo embrionario, que pueden causar dolor e inflamación en la región. Vea qué es un quiste y cómo reconocerlo.
Cuando este quiste causa síntomas, generalmente se trata con cirugía en la que se extrae por completo o se drena su contenido. Aunque es más común al final de la columna, los quistes pilonidales también pueden ocurrir en otras partes del cuerpo, como alrededor del ombligo, las axilas y el cuero cabelludo.
Los quistes pilonidales son más comunes en hombres jóvenes y tienden a reaparecer. Se cree que las personas que trabajan muchas horas tienen un mayor riesgo de desarrollarlo.
Principales síntomas
Los principales signos y síntomas que aparecen con un quiste pilonidal aparecen solo cuando hay inflamación, en estos casos las personas suelen sentir al principio:
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Dolor en la parte superior del surco glúteo, que puede empeorar en unos días;
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Inflamación;
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Enrojecimiento;
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Calor en la región del quiste;
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Grietas en la piel cuando la inflamación es muy intensa, provocando pequeños agujeros en la piel por donde fluye el pus.
Hay casos en los que los quistes pilonidales no se inflaman y los pacientes no presentan ningún síntoma, donde solo se ve una pequeña abertura de la piel en la zona donde se originó.
El mejor médico para tratar un quiste pilonidal es un cirujano especialista en coloproctología, aunque este quiste también puede ser tratado por un dermatólogo o médico de cabecera.
Tratamiento de un quiste pilonidal
Una forma de tratamiento para el quiste pilonidal es el drenaje del contenido purulento, que se realiza con anestesia local. Además, se puede recomendar el uso de antibióticos cuando se confirma la presencia de bacterias en el quiste.
El drenaje del quiste es bastante efectivo, pero en algunas personas puede reaparecer y, en estos casos, el médico suele recomendar una cirugía para extirpar el quiste, que consiste en abrirlo, raspar la pared interna, retirar el vello y cauterizar la herida, lo que permanecerá abierto para sanar mejor. Obtenga más información sobre el cuidado general después de la cirugía.
Cuidado de heridas de quiste pilonidal
El cuidado de la herida debe realizarse diariamente, lavando y limpiando la herida con solución salina y gasa o algodón estéril, colocándose una gasa protectora nueva. Este método conseguirá una cicatrización uniforme de la herida y una vez cicatrizada no será necesario poner gasas nuevas. Vea cómo realizar la curación correctamente.