Síntomas y tratamiento de la hernia cervical.

Los principales síntomas de una hernia de disco cervical son dolor de cuello, que puede extenderse a los hombros, brazos y manos, así como hormigueo y entumecimiento. Sin embargo, en los casos más graves, puede haber una reducción de la fuerza muscular y dificultad para mover el cuello.

Los principales síntomas de una hernia de disco cervical son dolor de cuello, que puede extenderse a hombros, brazos y manos, así como hormigueo y entumecimiento, que pueden variar según el grado de desplazamiento del disco.

La hernia del disco cervical consiste en el desplazamiento de parte del disco intervertebral, que es el área entre una vértebra y la otra, causada con mayor frecuencia por el desgaste de la columna vertebral y una mala postura. Las vértebras C1, C2, C3, C4, C5, C6 y C7 forman parte de la columna cervical, que es una hernia más común entre las vértebras C6 y C7. Sin embargo, independientemente de la ubicación de la hernia, los síntomas serán similares.

Algunos de los síntomas más comunes que pueden ocurrir en personas con una hernia de disco son:

  • Dolor de cuello;
  • Dolor irradiado en hombros, brazos y manos;
  • Hormigueo y entumecimiento;
  • Disminución de la fuerza muscular;
  • Dificultad para mover el cuello.

En algunos casos, la hernia de disco cervical puede ser asintomática y puede diagnosticarse accidentalmente durante un examen visual. Obtenga más información sobre otros tipos de hernia de disco.

Cómo se hace el diagnóstico

El diagnóstico de hernia de disco cervical consiste en un examen físico por parte de un médico así como una entrevista clínica con el paciente para conocer la intensidad de los síntomas, así como su historial de salud y hábitos posturales.

Además, se pueden solicitar pruebas de diagnóstico, como rayos X, tomografía computarizada y / o imágenes por resonancia magnética, por ejemplo.

Tratamiento de la hernia cervical.

El tratamiento de una hernia cervical depende de la ubicación, la gravedad de los síntomas y el grado de compresión de los nervios espinales. Al inicio de la enfermedad, el tratamiento consiste únicamente en reposo, analgésicos y antiinflamatorios, fisioterapia y, finalmente, el uso de un collarín para evitar movimientos bruscos del cuello.

Sin embargo, si los síntomas persisten, se puede recomendar una cirugía para extirpar la hernia y descomprimir la columna cervical. También se puede realizar la fusión de las vértebras afectadas o la inserción de una prótesis de disco.

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