Beber refrescos o gaseosas es malo para la salud, no solo porque contiene mucha azúcar sino también porque tiene componentes que pueden afectar la salud de varios órganos.
Además, este tipo de bebidas no tienen valor nutricional, por lo que el individuo consume calorías vacías que no aportan los nutrientes esenciales, lo que contribuye al aumento de peso y a la aparición de diversas enfermedades como la diabetes y la hipertensión.
La mayoría de estas bebidas contienen ácido fosfórico, cafeína, jarabe de maíz, sodio, potasio, colorantes y aromas, que son sustancias que pueden causar diversos problemas de salud cuando se consumen con frecuencia y a largo plazo.
1. Diabetes y aumento de peso
Una lata de refresco contiene unas 7 cucharaditas de azúcar, más o menos unos 35 gramos, lo que provoca un aumento significativo de los niveles de glucosa en sangre y la acción de la insulina en el organismo, que es una hormona encargada de regular el azúcar en sangre. por lo tanto, si bebe refrescos con frecuencia, existe un mayor riesgo de desarrollar diabetes.
Además, el azúcar de los refrescos se absorbe muy rápidamente a nivel de los intestinos, lo que provoca una subida brusca del azúcar en sangre y una sensación de hambre más rápida, situación que favorece el exceso de peso. Además, este exceso de azúcar se acumula en el organismo en forma de grasa, acumulándose principalmente en el estómago, hígado y arterias.
2. Debilitamiento de huesos y dientes
La mayoría de los refrescos contienen una gran cantidad de ácido fosfórico, una sustancia que hace que el calcio se elimine en la orina, provocando pérdida ósea y problemas a largo plazo como la osteoporosis.
Además, la acidez de este tipo de bebidas puede causar erosiones en la superficie del esmalte dental, debilitamiento de los dientes y el azúcar agregado aumenta la probabilidad de caries si no se implementa una buena higiene bucal.
El ácido fosfórico también dificulta que el estómago produzca ácido gástrico, lo que ralentiza la digestión y absorción de ciertos nutrientes.
3. Cálculos renales
Debido a la acidez de los refrescos, el cuerpo necesita usar calcio, que se usaría para fortalecer los huesos, para equilibrar el pH de la sangre. Por lo tanto, los riñones necesitan eliminar el calcio utilizado en este proceso, aumentando el riesgo de formación de cálculos renales debido a la acumulación de calcio en su interior.
Descubra las principales causas de los cálculos renales.
4. Aumento de la presión arterial
Los refrescos pueden causar un aumento gradual de la presión arterial debido a sus altas cantidades de sodio y cafeína. La cafeína relacionada con el azúcar también puede empeorar el sistema digestivo al causar inflamación, deshidratación y un desequilibrio en la flora bacteriana intestinal.
Además, varios estudios muestran que el consumo excesivo de fructosa, que es el azúcar presente en los refrescos, también es una de las principales causas de hipertensión arterial.
5. Enfermedad mental
Este tipo de bebida puede provocar cambios en los niveles cerebrales debido al contenido de cafeína y porque estimulan diversas sustancias del organismo asociadas con la demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer. Además, la cafeína puede provocar problemas de insomnio, agitación, temblores y dolor de cabeza.
Las bebidas carbonatadas también contienen otra sustancia llamada benzoato de sodio, que también se ha relacionado con problemas de memoria, coordinación motora y trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en los niños.
6. Cáncer
Debido a su alto contenido de azúcar, el consumo frecuente de refrescos aumenta el riesgo de cáncer, incluso en personas que se encuentran dentro de su peso ideal. Esto se debe a que el individuo es más propenso a la obesidad y otras enfermedades como gastritis, reflujo, inflamación de los intestinos, hipertensión, diabetes, entre otras, que aumentan el riesgo de cáncer.
Por qué las mujeres embarazadas y los niños no deben consumirlos
No se debe tomar refrescos durante el embarazo, pues este tipo de bebida, además de provocar molestias en el estómago por la formación de gases, contribuye al aumento de peso y puede provocar retención de líquidos. Los refrescos a base de cola, como Coca-Cola y Pepsi, tienen un alto contenido de cafeína, que no puede superar los 200 mg por día durante el embarazo. Si una mujer embarazada toma 2 tazas de café al día, ya no puede consumir cafeína.
Los refrescos con cafeína tampoco deben ingerirse durante la lactancia, ya que la cafeína pasa a la leche materna y puede causar insomnio en el bebé.
En los niños, la gaseosa puede afectar su crecimiento debido a la deficiencia de calcio y su desarrollo mental, así como un mayor riesgo de prevalencia de enfermedades como la obesidad y la diabetes. Los refrescos deben excluirse de la dieta del bebé, ya que pueden optar por jugos de frutas naturales además del agua para mantener una ingesta adecuada de líquidos.
Cómo reemplazar los refrescos
Una forma de reemplazar los refrescos es consumiendo agua aromatizada, que se prepara con agua carbonatada y fruta añadida para darle sabor. Algunas frutas que se utilizan son limones, fresas o naranjas, por ejemplo, y cuando las bebemos nos recuerda el sabor de un refresco. Eche un vistazo a algunas recetas de aguas aromatizadas.