Un quiste sinovial es un tipo de nódulo que parece un bulto que aparece cerca de la articulación y es más común en el pie, la rodilla o el tobillo. Consiste en líquido sinovial y puede ser causado por un traumatismo en la región, lesiones por estrés repetidas o un defecto articular.
El signo más común de un quiste sinovial es un bulto redondo y blando que aparece cerca de la articulación. Este tipo de quiste generalmente no causa ningún dolor, pero debido a que crece cerca de los músculos y tendones, algunas personas pueden experimentar hormigueo, pérdida de fuerza o sensibilidad, especialmente cuando el quiste es grande.
Los quistes generalmente cambian de tamaño y pueden desaparecer o reaparecer naturalmente después del tratamiento.
Los principales signos y síntomas.
El signo principal de un quiste sinovial es la aparición de un bulto blando de hasta 3 cm cerca de la articulación, pero pueden presentarse otros síntomas como:
- Dolor cerca de la muñeca;
- Hormigueo constante en la extremidad afectada;
- Falta de fuerza en la articulación afectada;
- Disminución de la sensibilidad en la zona afectada.
Normalmente, un quiste crece lentamente con el tiempo debido a la acumulación de líquido sinovial en la articulación, pero también puede ocurrir durante la noche, especialmente después de un accidente cerebrovascular.
Puede haber quistes sinoviales muy pequeños que no son visibles a través de la piel pero que están muy cerca de los nervios o tendones. En este caso, el dolor puede ser el único síntoma y el quiste se detecta mediante ecografía, por ejemplo.
Tipos de quistes sinoviales
Los quistes sinoviales más comunes son:
- Quiste sinovial del pie: sus causas incluyen tendinitis y correr o trotar con calzado inadecuado. Su tratamiento puede realizarse mediante drenaje de quistes o cirugía, según la gravedad;
- Quiste sinovial de la rodilla. o quiste de Baker: más común en la parte posterior de la rodilla. El tratamiento más adecuado puede ser drenaje y fisioterapia;
- Quiste sinovial del brazo o la muñeca: Puede ocurrir en la mano, los dedos o el puño, y el tratamiento puede consistir en compresión del riel de inmovilización, drenaje de líquidos, fisioterapia o cirugía.
Los quistes sinoviales pueden ocurrir a cualquier edad y el diagnóstico se realiza mediante examen físico, ultrasonido o resonancia magnética.
cual es el tratamiento
El tratamiento de un quiste sinovial depende de su tamaño y los síntomas presentes. Si el quiste no genera síntomas, es posible que su médico no sugiera medicamentos o cirugía, ya que muchas veces los quistes tienden a desaparecer por sí solos.
En caso de que el quiste sea grande o cause dolor o disminución de la fuerza, puede ser necesario usar medicamentos antiinflamatorios como ibuprofeno o diclofenaco, recetados por un médico.
La aspiración de líquido del quiste también se puede utilizar como una forma de tratamiento y se realiza con una aguja en el consultorio de un médico bajo anestesia local, que elimina el líquido acumulado en la región de la articulación. Después de la aspiración de líquido, se puede inyectar una solución de corticosteroides para ayudar a curar el quiste.
Opciones de tratamiento natural
Un excelente tratamiento casero para aliviar los síntomas de un quiste sinovial es aplicar hielo en el área afectada durante 10 a 15 minutos varias veces al día.
Además, la acupuntura se puede utilizar para ayudar a tratar un quiste sinovial, principalmente para aliviar el dolor en el área afectada.
Cuando la cirugía es necesaria
Cuando el uso de medicamentos o el drenaje del líquido del quiste no mejora los síntomas, su médico puede ordenar una cirugía para extirparlo. La operación se suele realizar con anestesia local o general, según su ubicación.
Después de la cirugía, la persona suele ser dada de alta el mismo día, debe descansar durante al menos 1 semana para evitar que el quiste vuelva a aparecer. Durante 2 a 4 meses, su médico puede recomendar sesiones de fisioterapia para ayudarlo a recuperarse.
Durante las sesiones de fisioterapia se pueden utilizar técnicas de ultrasonido, estiramiento, compresión o ejercicios activos o de resistencia para reducir la inflamación y facilitar el drenaje natural del quiste. La fisioterapia debe ser personalizada y es muy importante para la recuperación del paciente después de la cirugía.