Hepatitis E: que es, síntomas y tratamiento

La hepatitis E es una enfermedad causada por el virus de la hepatitis E (VHE), que puede ingresar al cuerpo a través del contacto o el consumo de alimentos y agua contaminados. La enfermedad suele ser asintomática, principalmente en niños, y suele afectar al propio organismo.

Debido a que el sistema inmunológico la combate, la hepatitis E no tiene un tratamiento específico, solo se recomienda permanecer en reposo y beber abundantes líquidos, además de intentar garantizar mejores condiciones de saneamiento e higiene, especialmente en cuanto a preparación. de comida.

Principales síntomas

La hepatitis E es generalmente asintomática, principalmente en niños; sin embargo, cuando se presentan síntomas, los principales son:

  • Piel y ojos amarillos;
  • Picazón en el cuerpo;
  • Heces limpias;
  • Orina oscura;
  • Baja temperatura;
  • Estado animico;
  • Enfermedad;
  • Dolor abdominal;
  • Tirar;
  • Falta de apetito;
  • Puede haber diarrea.

Los síntomas suelen aparecer de 15 a 40 días después del contacto con el virus. El diagnóstico se realiza buscando anticuerpos contra el virus de la hepatitis E (anti-HEV) en una muestra de sangre o buscando partículas de virus en las heces.

Hepatitis E en el embarazo

La hepatitis E en el embarazo puede ser bastante grave, especialmente si una mujer está expuesta al virus de la hepatitis E en el tercer trimestre del embarazo, ya que aumenta el riesgo de insuficiencia hepática fulminante y se asocia con una mayor tasa de mortalidad. También puede provocar un parto prematuro.

¿Cómo se transmite la hepatitis E?

La transmisión del virus de la hepatitis E se produce por vía fecal-oral, principalmente por contacto o consumo de agua o alimentos contaminados con orina o heces de personas enfermas. Actualmente se están encontrando algunos casos de hepatitis E transmitida por ratas infectadas, pero aún no hay mucha información al respecto.

El virus también se puede transmitir a través del contacto directo con personas infectadas, pero este modo de transmisión es menos común.

No existe una vacuna para la hepatitis E porque es una enfermedad de pronóstico benigna, autolimitada y poco común. De esta forma, la mejor forma de prevenir la infección por el virus de la hepatitis E es mediante medidas de higiene, como lavarse las manos después de bañarse y antes de comer, además de utilizar únicamente agua filtrada para beber, preparar o cocinar los alimentos.

Cómo se realiza el tratamiento

La hepatitis E es autolimitante, es decir, se resuelve el propio organismo, requiriendo únicamente descanso, buena nutrición e hidratación. Además, si una persona está usando medicamentos inmunosupresores, como en las personas trasplantadas, se recomienda la evaluación y el seguimiento médico hasta que la enfermedad se resuelva, porque el virus de la hepatitis E está combatiendo el sistema inmunológico. Si es necesario, el médico puede optar por tratar los síntomas presentados por la persona.

En casos más graves, especialmente cuando están coinfectados con el virus de la hepatitis C o A, puede estar indicado el uso de medicamentos antirretrovirales como la ribavirina, por ejemplo, que no deben ser utilizados por mujeres embarazadas.

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