El síndrome de resistencia a la insulina ocurre cuando se reduce la acción de esta hormona en el organismo, cuya función es transportar el azúcar de la sangre a las células para producir energía, provocando la acumulación de glucosa en la sangre y dando lugar a una diabetes de larga duración.
La resistencia a la insulina generalmente es causada por una combinación de efectos hereditarios con otras enfermedades y hábitos de estilo de vida, como la obesidad, el sedentarismo y el colesterol alto, por ejemplo. Este problema se puede detectar mediante varios análisis de sangre, como la prueba de glucosa en ayunas, el índice HOMA o la curva de tolerancia a la glucosa.
Este síndrome es una forma de prediabetes, por lo que si no se trata y corrige a tiempo, mediante una dieta equilibrada, pérdida de peso y actividad física, puede convertirse en diabetes tipo 2.
Pruebas para identificar valores normales
La resistencia a la insulina generalmente no causa síntomas, por lo que se pueden realizar una variedad de análisis de sangre para confirmar el diagnóstico, que incluyen:
1. Curva de tolerancia a la glucosa
Esta prueba se realiza midiendo el valor de glucosa después de la ingestión de 75 g de líquido dulce. La interpretación de la prueba para la curva de tolerancia a la glucosa después de 2 horas de ingesta de líquidos es la siguiente:
- Normal: menos de 140 mg / dl;
- Resistencia a la insulina: entre 140 y 199 mg / dl;
- Diabetes: igual o superior a 200 mg / dl.
A medida que la resistencia a la insulina empeora, además de aumentar la glucosa posprandial, también aumenta durante el ayuno, ya que el hígado intenta compensar la falta de azúcar en las células. Por este motivo, también se puede realizar la prueba de glucosa en ayunas para evaluar el grado de resistencia.
Vea cómo se realiza la prueba de la curva de tolerancia a la glucosa.
2. Glucosa en ayunas
La glucosa en ayunas, también conocida como glucosa en sangre en ayunas o glucemia, es una prueba en la que una persona no debe comer durante 8 a 12 horas, luego se toma una muestra de sangre en un laboratorio y se determinan los niveles de azúcar en sangre.
Los valores de referencia son:
- Normal: menos de 110 mg / dl;
- Glucosa en ayunas alterada: entre 110 mg / dl y 125 mg / dl;
- Diabetes: igual o superior a 126 mg / dl.
Durante este período, los niveles de glucosa aún se pueden controlar porque el cuerpo estimula al páncreas para que produzca mayores cantidades de insulina para compensar su resistencia.
Aprenda a realizar una prueba de glucosa en ayunas y a interpretar el resultado.
3. Índice HOMA
Otra forma de diagnosticar la resistencia a la insulina es calcular el índice HOMA, que es un cálculo realizado para evaluar la relación entre la cantidad de azúcar y la insulina en la sangre.
Los valores normales del Índice Homa son:
- Valor de referencia Homa-IR: menos de 2,15;
- Valor de referencia homo-beta: entre 167 y 175
Estos valores de referencia pueden variar según el laboratorio y si el paciente tiene un índice de masa corporal (IMC) muy alto. Por este motivo, el resultado debe ser interpretado por el médico tratante.
Descubra para qué sirve y cómo calcular el índice Homa.
Posibles causas de resistencia a la insulina
La resistencia a la insulina ocurre con mayor frecuencia en personas que ya tienen una predisposición genética por tener otros parientes que han tenido o que tienen diabetes.
Sin embargo, también puede desarrollarse en personas que no tienen antecedentes familiares, como consecuencia de hábitos de vida que provocan un desequilibrio en el metabolismo y provocan aumento de peso y aumento del volumen abdominal, debido a: dieta desequilibrada rica en carbohidratos, falta de actividad física y la presencia de enfermedades como hipertensión o dislipidemia.
Además, los cambios hormonales, especialmente en las mujeres, también pueden aumentar las posibilidades de desarrollar resistencia a la insulina, como ocurre en las mujeres con síndrome de ovario poliquístico. En estas mujeres, los cambios que provocan un desequilibrio menstrual y un aumento de las hormonas andrógenas también provocan una falta de control sobre la función de la insulina.
Cómo se realiza el tratamiento
Si el tratamiento de resistencia a la insulina se realiza correctamente, se puede curar, lo que evitará que la enfermedad empeore y se convierta en diabetes.
Para ello es importante estar monitorizado por un médico de cabecera o endocrinólogo, ya que en algunos casos en los que el riesgo de desarrollar diabetes es elevado, puede indicar el uso de hipoglucemiantes orales como la metformina. Este es un medicamento que ayuda a controlar la producción de glucosa en el hígado y aumenta la sensibilidad de la insulina en el cuerpo.
También se debe realizar un control de glucosa en sangre, acompañado por un médico cada 3 o 6 meses.
Además, es necesario acudir a un nutricionista, con el fin de establecer una dieta adecuada mediante evaluación que permita reducir el exceso de carbohidratos que se consumen y mejorar los hábitos alimentarios, y así facilitar la pérdida de peso. Además de la dieta, debe realizar actividad física de forma regular, como caminar, trotar, correr, bailar o hacer ejercicio.
Eche un vistazo a en qué consiste una dieta para la prediabetes.