La tiña, conocida científicamente como Tinea corporis, es una enfermedad de la piel causada por hongos que infectan la piel y conducen a la formación de lesiones rojizas que pueden pelar y picar con el tiempo. Sin embargo, dependiendo del hongo responsable de la tiña, puede haber cambios en el cuero cabelludo, lo que lleva a la caída del cabello y descamación de la zona en algunos casos.
Los hongos relacionados con la tiña se denominan dermatofitos, que tienen la mayor afinidad por la queratina, una proteína presente en la piel, el cabello y el cabello, por lo que los síntomas se observan en estas áreas.
Esta enfermedad es generalmente más común en niños y ancianos, pero puede ocurrir a cualquier edad debido a la falta de higiene o la sudoración excesiva. Las zonas del cuerpo más afectadas suelen ser el torso, la ingle, la cara y los brazos, pero las ampollas pueden aparecer en cualquier parte.
Fotos de tiña
¿Qué puede causar la tiña?
La tiña ocurre cuando hay un crecimiento excesivo de hongos que se encuentran comúnmente en la piel, llamados dermatofitos. El crecimiento de estos hongos se favorece cuando una parte del cuerpo está muy caliente o húmeda, como es el caso de las arrugas, principalmente la ingle y el cuello.
De esta forma, el hongo consigue crecer con facilidad y provocar la formación de las características manchas de la tiña. Así, este cambio fúngico puede estar provocado por una exposición prolongada a la piel húmeda y por una higiene inadecuada, por ejemplo.
Principales síntomas
Los síntomas de la tiña están relacionados con el crecimiento del hongo en la piel o el cuero cabelludo, que se puede notar:
- Aparición de manchas rojas en la piel que crecen con el tiempo;
- Manchas que no duelen, pero pican y / o crujen;
- Puntos redondos u ovalados con bordes bien definidos;
- Perdida de cabello.
Debido a que los hongos relacionados con la tiña pueden transmitirse fácilmente de una persona a otra, se debe tener cuidado para evitar la infección, además de que es necesario consultar a un dermatólogo para diagnosticar e iniciar el tratamiento más adecuado, que generalmente implica el uso. de ungüentos o cremas que contienen agentes antifúngicos.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la tiña siempre debe ser prescrito por un dermatólogo, pero generalmente en los casos más leves se realiza con ungüentos o cremas para la micosis o en casos severos, mediante la ingestión de fármacos antimicóticos orales durante un máximo de 30 días. Se suele recomendar el uso de Clotrimazol, Ketoconazol, Isoconazol, Miconazol, Terbinafina, entre otros. Obtenga más información sobre los medicamentos que se utilizan para tratar la tiña.
Se recomienda mantener una buena higiene personal durante el tratamiento, mantener todas las partes del cuerpo bien lavadas y secas, evitar compartir artículos personales y rascarse heridas, ya que esto aumenta el riesgo de transmitir la enfermedad.
Además del tratamiento antimicótico, algunos remedios caseros pueden estar indicados como complemento del tratamiento porque tienen propiedades antimicrobianas que ayudan a estimular el sistema inmunológico.
Cómo prevenir la tiña
Los hongos responsables de la tiña pueden transmitirse fácilmente de una persona a otra, por lo que es importante tener cuidado para evitar infecciones, como:
- Mantenga siempre la piel seca y limpia, especialmente los pliegues como las axilas, la ingle y el cuello;
- Evite compartir artículos personales como toallas, cepillos de dientes y ropa:
- Evite el contacto directo con manchas extrañas;
- Consuma una dieta saludable con poca azúcar, ya que puede afectar el desarrollo del hongo;
- Realice una limpieza adecuada de la piel.
Además, en caso de que notes algún cambio en la piel, es importante consultar a un dermatólogo para que te haga un diagnóstico e inicie el tratamiento, de modo que puedas evitar contagios de otras personas.