El tratamiento del sangrado menstrual, científicamente llamado menorragia, debe ser prescrito por un ginecólogo según la causa, uso de anticonceptivos orales, DIU y suplementos de hierro y ácido fólico. En casos más graves, sin embargo, puede ser necesaria una transfusión de sangre o una cirugía para tratar la causa.
El sangrado menstrual es una situación caracterizada por una pérdida excesiva de sangre durante más de 7 días y que puede ocurrir debido a cambios hormonales en el útero, vejiga o infecciones uterinas, por ejemplo. Es importante diagnosticar la causa del sangrado menstrual para que el ginecólogo pueda prescribir el tratamiento correcto.
1. Medicamentos para el sangrado menstrual
Los medicamentos que un ginecólogo puede recetar para controlar la menorragia pueden ser:
- Anticonceptivos orales o el uso de un dispositivo intrauterino (DIU) – Dispositivo intrauterino, para regular la menstruación y reducir el flujo sanguíneo. Los anticonceptivos se pueden cambiar después de 3 meses de uso y si no reducen el flujo menstrual;
- Suplementos de hierro y ácido fólico, para garantizar las necesidades diarias de hierro en el organismo, para prevenir o combatir la anemia;
- Hemostáticos como el ácido aminocaproico, que favorece el proceso de coagulación, evitando el sangrado excesivo.
Es importante que una mujer consulte a un ginecólogo con regularidad para evaluar si el medicamento es eficaz. De esta forma, durante la consulta se pueden solicitar análisis de sangre, principalmente un hemograma, para valorar las concentraciones de eritrocitos, plaquetas y hemoglobina.
Además, su médico puede ordenar pruebas por imágenes, como una ecografía, para identificar la causa de su sangrado menstrual.
2. Tratamiento médico
Si la medicación no es suficiente para detener la menstruación abundante, su ginecólogo puede sugerir un legrado, una sonda de Foley intrauterina o una ligadura o embolización de las arterias uterinas, según la causa del sangrado.
Sin embargo, si no se diagnostica la causa y persiste la menstruación excesiva y prolongada, es importante aumentar la ingesta de alimentos para evitar el desarrollo de anemia, por lo que se recomienda incrementar el consumo de alimentos ricos en hierro, como carnes, espinacas y frijoles. . , por ejemplo.
3. Cirugía
La cirugía suele estar indicada si se confirma que los cambios en el útero son responsables del sangrado menstrual. De esta forma, la cirugía para extirpar el útero, también llamada histerectomía, puede estar indicada en mujeres que no pueden detener el sangrado menstrual incluso después de todas las indicaciones médicas y que no quieren quedarse embarazadas, por lo que debe considerarse como último tratamiento. opción. . Obtenga más información sobre cómo se realiza una histerectomía.
4. Cuidado de los alimentos
La alimentación es fundamental en el tratamiento del sangrado menstrual porque promueve una mayor sensación de bienestar y previene complicaciones, incluida la anemia, por ejemplo.
Por esta razón, es importante que la persona beba suficientes líquidos durante el día durante el tratamiento para evitar la deshidratación. El jugo de naranja puro sin azúcar está especialmente indicado y se puede beber de 3 a 4 veces al día, ya que contiene minerales que pueden ayudar a mantener la presión arterial bajo control, evitando mareos o desmayos.
Además, se recomienda incrementar el consumo de alimentos ricos en hierro como carnes rojas, frijoles y remolacha para combatir la anemia o prevenir su aparición. Los alimentos ricos en hierro deben consumirse a diario, si es posible en todas las comidas, para evitar una caída brusca de los niveles de hierro en la sangre. Descubra qué alimentos son ricos en hierro.
Signos de mejora y deterioro.
Los signos de mejoría de la menorragia incluyen una reducción en la cantidad de sangre que se pierde a través de la vagina, una menstruación sin coagulación y ausencia, o una reducción en la gravedad de la anemia. Estos signos pueden aparecer de 1 a 3 meses después de comenzar el tratamiento.
Sin embargo, si el sangrado no se trata de acuerdo con las instrucciones del ginecólogo, pueden aparecer signos y síntomas de empeoramiento, como sangrado más intenso, coagulación y empeoramiento de la anemia. Además, la mujer puede verse muy pálida, sin fuerzas y tener dificultad para concentrarse. Cuando ocurren estos síntomas, su médico puede solicitar un hemograma para confirmar la cantidad de hierro en su cuerpo y evaluar la posibilidad de hospitalización.