La amniocentesis es una prueba que se puede realizar durante el embarazo, normalmente a partir del segundo trimestre de gestación, y su principal finalidad es identificar posibles cambios genéticos en el bebé o complicaciones que puedan ocurrir por infecciones en el embarazo, como la toxoplasmosis, por ejemplo.
Esta prueba recolecta una pequeña cantidad de líquido amniótico, que es el líquido que rodea y protege al bebé durante el embarazo y contiene células y sustancias que se liberan durante el desarrollo.
Aunque es una prueba importante para identificar cambios genéticos y congénitos, la amniocentesis no es una prueba obligatoria en el embarazo, indicada solo cuando el embarazo se considera riesgoso o cuando se sospechan cambios en el bebé.
¿Para que sirve la amniocentesis?
Aunque el objetivo principal de esta prueba es identificar cambios genéticos en el bebé, existen otras situaciones en las que puede estar indicada la amniocentesis. Éstos incluyen:
- Evaluar la madurez y el desarrollo de los pulmones del bebé;
- Identificar una posible infección en el bebé;
- Drene el exceso de líquido amniótico en el caso de polihidramnios;
- Realiza pruebas de paternidad.
Asimismo, en los casos en que exista una situación de sensibilización al factor Rh, donde la gestante tenga sangre Rh negativo y el bebé tenga sangre Rh positivo, la amniocentesis también se puede utilizar para evaluar complicaciones en el bebé.
Obtenga más información sobre el vínculo entre el factor Rh en la madre y el bebé.
Cómo se realiza el procedimiento
Antes de realizar una amniocentesis, el obstetra realiza una ecografía para confirmar la posición del bebé y el saco amniótico, reduciendo el riesgo de lesiones al bebé. Después de la identificación, se coloca un ungüento anestésico en el lugar donde se recolectará el líquido amniótico.
Luego, el médico inserta una aguja a través de la pared abdominal y extrae una pequeña cantidad de líquido amniótico, que contiene las células, los anticuerpos, las sustancias y los microorganismos del bebé que ayudan a realizar las pruebas necesarias para determinar la salud del bebé.
La prueba dura solo unos minutos y, durante el procedimiento, el médico escucha el corazón del bebé y hace una ecografía para observar el útero de la mujer y asegurarse de que no haya daño al bebé.
Cuando se indica
Se recomienda la amniocentesis a partir del segundo trimestre de gestación, que corresponde al período comprendido entre la 13ª y la 27ª semana de gestación y, por tanto, suele realizarse entre la 15ª y 18ª semana de gestación. Esto se debe a que, antes del segundo trimestre, existen mayores riesgos para el bebé y una mayor probabilidad de aborto espontáneo.
Los principales momentos en los que se puede indicar son:
- Embarazo en mujeres mayores de 35 años, porque a partir de esta edad es más probable que el embarazo se considere riesgoso;
- Una madre o un padre con un problema genético, como el síndrome de Down o antecedentes familiares de trastornos genéticos;
- Embarazo anterior de un niño con una enfermedad genética;
- Infección durante el embarazo, principalmente rubéola, citomegalovirus y toxoplasmosis, que pueden transmitirse al bebé durante el embarazo.
Los resultados de la amniocentesis pueden tardar hasta 2 semanas en obtenerse; sin embargo, el tiempo entre completar la prueba y enviar el informe puede variar según el propósito de la prueba.
Posibles riesgos
Los riesgos y las complicaciones de la amniocentesis son poco frecuentes, pero pueden ocurrir cuando la prueba se realiza en el primer trimestre del embarazo, con un mayor riesgo de aborto espontáneo. Sin embargo, cuando la amniocentesis se realiza en clínicas confiables y por profesionales capacitados, el riesgo de la prueba es muy pequeño. Algunos de los riesgos y complicaciones que pueden estar asociados con la amniocentesis incluyen:
- Cólico;
- Sangrado vaginal;
- Infección uterina, que puede transmitirse al bebé;
- Trauma del bebé;
- Inducción del trabajo de parto prematuro.
Debido a estos riesgos, la realización de la prueba siempre debe discutirse con el obstetra. Aunque existen otras pruebas para evaluar los mismos tipos de problemas, generalmente presentan un mayor riesgo de aborto espontáneo que la amniocentesis.
Vea qué pruebas están indicadas para el embarazo.