Que es eso:
La mitomanía, también conocida como pseudología fantástica o mentira patológica, es un trastorno psicológico en el que una persona tiene una tendencia compulsiva a mentir sin la presencia de otro trastorno psicológico o demencia, por ejemplo.
Una de las grandes diferencias entre un mentiroso esporádico o tradicional y un mitómano es que, en el primer caso, la persona miente para aprovechar una situación, mientras que el mitómano miente para encubrir su propia realidad. En esta situación, el acto de mentir es sentirse cómodo con la propia vida, parecer más interesante o tener preguntas que encajen en un grupo social en el que el mitómano no se siente capaz de entrar.
Cómo reconocer a un mentiroso compulsivo
Para reconocer este tipo de comportamiento, se pueden notar ciertas características, como por ejemplo:
- El adicto sólo siente culpa o miedo de ser descubierto;
- Las historias tienden a ser muy felices o muy tristes;
- Dice grandes hazañas sin razón aparente o para esperar algo a cambio;
- Responde preguntas rápidas en detalle;
- Hace descripciones extremadamente detalladas de eventos;
- Las historias lo hacen parecer un héroe o una víctima;
- Presenta diferentes versiones de las mismas historias.
Todas estas historias tienen como objetivo hacer que la otra persona crea en la imagen social que el mitómano quiere lograr.
Que causa la mitomanía
Las causas de este trastorno no están del todo claras, pero algunos estudios sugieren que puede deberse a algunos factores relacionados con un historial de trauma o epilepsia. Sin embargo, se necesita más investigación para probar esta hipótesis.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la mitomanía se puede realizar a través de sesiones psiquiátricas y psicológicas, donde el acompañante experto del caso ayudará a la persona a comprender los motivos que llevan a la creación de mentiras. Y así, al aclarar y comprender por qué ocurre esta afición, el paciente puede iniciar un cambio de hábitos.
¿Existe una cura para la mitomanía?
Este trastorno tiene cura y se puede lograr mediante un tratamiento adecuado que depende del compromiso de la persona y del apoyo que recibe. Sin embargo, es difícil para una persona con mitomanía reconocer que padece este trastorno, lo que provoca retrasos en el diagnóstico y el tratamiento. Por esta razón, el apoyo y la comprensión de familiares y amigos es muy importante.