La enfermedad de Parkinson, también conocida como enfermedad de Parkinson, es una enfermedad degenerativa del cerebro caracterizada por movimientos alterados que provocan temblores, rigidez muscular, movimientos lentos y desequilibrio. Su causa, aunque no se conoce por completo, se debe al desgaste de las regiones cerebrales responsables de producir dopamina, un importante neurotransmisor cerebral que tiene funciones motoras en el cuerpo.
Esta enfermedad suele presentarse en personas mayores de 50 años, pero en algunos casos puede aparecer precozmente; Los medicamentos como la levodopa se utilizan para controlar los síntomas, lo que ayuda a reemplazar la dopamina y otras sustancias necesarias para la estimulación nerviosa y el control del movimiento.
Principales síntomas
Los signos y síntomas de la enfermedad de Parkinson comienzan gradualmente, apenas se notan al principio y empeoran con el tiempo. Los principales incluyen:
- Terremotos: Empeoran cuando la persona está en reposo, es decir, sin movimiento, y mejoran cuando realiza un movimiento. Generalmente predomina en un lado del cuerpo, más presente en brazo, brazo, pierna y mentón.
- Rigidez muscular: Se manifiesta por dificultad para moverse, dando sensación de rigidez, lo que impide actividades como caminar, abrir brazos o subir y bajar escaleras. De esta forma, es común que la postura se vuelva más arrugada. Puede haber un congelamiento de la marcha o un congelamiento, que es cuando a la persona le cuesta salir del lugar.
- Camara lenta: La agilidad para realizar movimientos rápidos y amplios se ve comprometida, por lo que tareas simples como abrir y cerrar brazos, vestirse, escribir o masticar se vuelven difíciles, situación que se llama bradicinesia.
- Pérdida de equilibrio y reflejos: Debido a la dificultad de controlar los movimientos, es difícil mantener el equilibrio y mantener la postura, con alto riesgo de caídas, aunque tiene menor capacidad de respuesta a los estímulos porque los movimientos están comprometidos.
Para diagnosticar la enfermedad de Parkinson, un neurólogo o geriatra evaluará la presencia de estos signos y síntomas, a través de la historia clínica y la exploración física del paciente, si son necesarios al menos 3 de ellos.
Además, otros síntomas que ocurren con esta enfermedad incluyen los siguientes:
- Disminución de las expresiones faciales;
- Dificultad para hablar, ronquera y «tirando» de la voz;
- Reducción del parpadeo de los ojos;
- Trastornos del sueño como insomnio, pesadillas, somnolencia;
- Asfixia y dificultad para tragar alimentos;
- Dermatitis de la piel;
- Dificultad para percibir los olores;
- Estreñimiento;
- Depresión.
Su médico puede ordenar otras pruebas, como una resonancia magnética y una tomografía computarizada del cráneo, análisis de sangre o un electroencefalograma, por ejemplo, para descartar otras causas de movimientos alterados que pueden confundirse con la enfermedad de Parkinson, como el temblor esencial. consecuencias de un derrame cerebral. tumor, sífilis avanzada, parálisis supranuclear progresiva o incluso el uso de ciertos medicamentos, como el haloperidol, por ejemplo.
¿Qué causa la enfermedad de Parkinson?
Cualquiera puede desarrollar la enfermedad de Parkinson porque no es una enfermedad hereditaria. Esto se debe a la degeneración del cerebro, cuya causa aún no se conoce, provocando la muerte de neuronas de la sustancia nigra, un área importante de este órgano asociada a la producción de dopamina, que es la causa de los principales signos y síntomas. síntomas de esta enfermedad.
Se han realizado estudios científicos para intentar determinar de forma más definitiva las causas de la enfermedad de Parkinson y, en la actualidad, se ha demostrado que la población de bacterias intestinales puede influir en el desarrollo tanto de la enfermedad como de otras afecciones cerebrales; es decir, el predominio de bacterias dañinas en el intestino, gracias a una alimentación poco saludable, puede provocar cambios en el metabolismo y dañar la salud de las neuronas, favoreciendo el desarrollo de la enfermedad de Parkinson.
Cómo se realiza el tratamiento
La enfermedad de Parkinson se trata con medicamentos de por vida que ayudan a reducir los síntomas y retrasan la progresión de la enfermedad. El principal fármaco utilizado es la levodopa, que ayuda a reponer la cantidad de dopamina, un neurotransmisor importante para el control del movimiento.
Otros fármacos que también se utilizan para mejorar los síntomas son biperideno, amantadina, seleginina, bromocriptina y pramipexol, principalmente en las primeras etapas. La fisioterapia, la actividad física y la terapia ocupacional también son muy importantes para ayudar a tratar la enfermedad de Parkinson fomentando la restauración y recuperación del movimiento.
Ahora, en las etapas más avanzadas, el tratamiento prometedor es la cirugía de estimulación cerebral profunda, que se realiza en grandes centros neurológicos, lo que permite mejorar los síntomas y la calidad de vida del paciente.
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