Depresión infantil: que es, síntomas, causas y tratamiento

La depresión infantil es un trastorno psicológico que se caracteriza por una constante tristeza y falta de interés en realizar actividades que antes el niño consideraba divertidas. Algunos signos y síntomas que pueden indicar depresión infantil incluyen falta de ganas de jugar, micción en la cama, quejas frecuentes de fatiga, dolor de cabeza o abdominal y dificultades de aprendizaje.

Estos síntomas pueden pasar desapercibidos o confundirse con enojo o timidez; Sin embargo, si permanecen más de 2 semanas, lo mejor es consultar a un pediatra o psiquiatra infantil para evaluar la salud psicológica del niño y determinar la necesidad de tratamiento.

En la mayoría de los casos, el tratamiento incluye sesiones de psicoterapia y el uso de antidepresivos; Además, el apoyo de padres y profesores es fundamental para ayudar al niño a salir de la depresión, ya que este trastorno puede afectar su desarrollo.

Signos y síntomas que pueden indicar depresión.

Los signos y síntomas de la depresión infantil varían según la edad del niño, y su diagnóstico nunca es fácil, lo que requiere una evaluación detallada por parte de un psiquiatra infantil. Sin embargo, las señales que pueden alertar a los padres incluyen las siguientes:

  1. Cara triste, en el que muestra ojos apagados y no sonríe, postura baja y cuerpo frágil, como si siempre estuviera cansado y mirando al espacio;
  2. Falta de ganas de jugar tanto solos como con otros niños;
  3. Somnolencia, fatiga constante y sin energía en absoluto;
  4. Cuelgues e irritabilidad sin motivo aparente como si fuera un niño ágil con mala postura;
  5. Llanto fácil y excesivo, debido a hipersensibilidad;
  6. falta de apetito, que puede conducir a la pérdida de peso; sin embargo, en algunos casos, puede haber un gran deseo por los dulces;
  7. Dificultad para dormir y muchas pesadillas.;
  8. Miedo y dificultad para separarse de la madre o el padre.;
  9. Sensación de inferioridad especialmente en relación con amigos de la guardería o la escuela;
  10. Rendimiento escolar deficiente, poder tener bajas calificaciones y descuidos;
  11. Incontinencia urinaria o fecal, después de que ya haya adquirido la capacidad de no usar pañales.

Aunque estos signos y síntomas de depresión son comunes en los niños, pueden ser más específicos según la edad de cada uno.

6 meses a 2 años

Los principales síntomas de la depresión en la primera infancia, que se presenta hasta los 2 años de edad, son negativa a comer, bajo peso, baja estatura, retraso en la lengua y trastornos del sueño.

2 a 6 años

En el preescolar, que ocurre entre los 2 y los 6 años, los niños con depresión tienden a tener constante rabia, estar muy cansados, tener pocas ganas de jugar y falta de energía, mojar la cama y tener vaciamiento involuntario del colon.

También pueden tener grandes dificultades para separarse de su madre o padre, evitar hablar o vivir con otros niños y permanecer muy aislados. Pueden ocurrir episodios de llanto intensos, pesadillas y gran dificultad para conciliar el sueño.

de 6 a 12 años

Sin embargo, en la edad escolar, que ocurre entre los 6 y los 12 años, la depresión se manifiesta a través de los mismos signos y síntomas mencionados anteriormente, además de presentarse con dificultades de aprendizaje, mala concentración, bajas calificaciones, aislamiento, hipersensibilidad e irritabilidad. apatía, falta de paciencia, dolor de cabeza y dolor abdominal y cambios de peso.

Además, suele tener un sentimiento de inferioridad, en el que dice que es peor que los demás niños y constantes frases como «nadie me quiere» o «yo no sé hacer nada».

En la adolescencia, los signos pueden ser diferentes, por lo que si su hijo tiene más de 12 años, observe los síntomas de la depresión en la adolescencia.

Posibles Causas

En la mayoría de los casos, la depresión infantil se produce por situaciones traumáticas como constantes peleas entre familiares, divorcios de padres, cambios de escuela, falta de contacto entre el niño y los padres o la muerte de los padres.

De manera similar, la intimidación, como la violación o vivir con adictos al alcohol o las drogas, también puede contribuir al desarrollo de la depresión.

Cómo diagnosticar la depresión infantil

Normalmente, el diagnóstico se hace a través de pruebas que hace el médico y análisis de los dibujos, pues el niño no suele poder decir que está triste y deprimido, por lo que los padres deben tener mucho cuidado con todos los síntomas y decirle al médico que lo alivie. diagnosticar.

Sin embargo, el diagnóstico de esta enfermedad no es fácil, sobre todo porque se puede confundir con trastornos de la personalidad como timidez, irritabilidad, mal humor o agresividad, y en algunos casos los padres pueden incluso considerarlos comportamientos normales para esa edad.

De esta forma, si se identifica un cambio significativo en el comportamiento del niño, como llanto constante, irritabilidad excesiva o pérdida de peso sin motivo aparente, se debe consultar a un pediatra para evaluar la posibilidad de que el niño esté experimentando un trastorno psicológico.

Cómo se realiza el tratamiento

Para curar la depresión infantil, es fundamental el seguimiento por parte de un pediatra, psicólogo y psiquiatra y el apoyo de familiares y profesores, y el tratamiento debe durar al menos 6 meses para evitar la recurrencia.

Generalmente, hasta los 9 años, el tratamiento se realiza únicamente con sesiones psicoterapéuticas con un psicólogo infantil, mediante terapia cognitivo-conductual, que ayuda al niño a afrontar mejor los problemas y le permite crear mejores hábitos. Sin embargo, después de esta edad o cuando la enfermedad no se puede curar solo con psicoterapia, es necesario tomar antidepresivos, como fluoxetina, sertralina o paroxetina, por ejemplo, recetados por un psiquiatra infantil. Su médico también puede recomendar otros medicamentos como estabilizadores del estado de ánimo, antipsicóticos o estimulantes.

El uso de antidepresivos generalmente comienza solo unas semanas después de la primera toma, e incluso si el niño ya no presenta síntomas, debe mantenerse para evitar la depresión crónica. Los efectos secundarios que pueden ocurrir incluyen dolor de cabeza, náuseas, dolor abdominal, boca seca, mareos, estreñimiento, diarrea y visión borrosa y siempre se deben informar a un médico si ocurren para evaluar la posibilidad de cambios de dosis o el tipo. de Medicina.

Para ayudar con la recuperación, los padres y maestros deben cooperar en la curación, alabando, amando y alentando constantemente al niño a jugar con otros niños, practicar deportes y participar en actividades al aire libre.

Cómo lidiar con un niño deprimido

Vivir con un niño deprimido no es fácil, pero los padres, familiares y maestros deben ayudarlo a superar la enfermedad para que se sienta apoyado y apoyado. De esta forma, se debe tener en cuenta lo siguiente:

  • Respeta los sentimientos del niño, mostrándole que entendía;
  • Anímelo a realizar actividades que le gusten, sin presionar;
  • Alabadlo constantemente por todas las pequeñas acciones y no lo arregles abruptamente frente a otros niños;
  • Déjame prestarte mucha atención recordarle que cuenta con el apoyo de padres, familiares y profesores;
  • Llévalo a jugar con otros niños aumente su interacción;
  • No le dejes jugar solo o quedarse solo en la habitación viendo televisión o jugando videojuegos;
  • Anímalo a comer cada 3 horas. para que quede bien nutrido;
  • Mantén la habitación cómoda para ayudarlo a conciliar el sueño y dormir bien.

Estas estrategias ayudarán al niño a ganar confianza en sí mismo, evitar el aislamiento y mejorar su confianza en sí mismo, contribuyendo así a curar su depresión.

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