El trasplante de pulmón es un tipo de tratamiento quirúrgico en el que los pulmones enfermos se reemplazan por pulmones sanos, generalmente de un donante muerto. Si bien esta técnica puede mejorar la calidad de vida e incluso curar definitivamente algunos problemas graves como la fibrosis quística o la sarcoidosis, también puede ocasionar algunas complicaciones, por lo que se utiliza solo cuando otras formas de tratamiento no dan resultado.
Debido a que los pulmones trasplantados contienen tejido extraño al cuerpo, generalmente es necesario tomar medicamentos inmunosupresores de por vida. Estos medicamentos reducen las posibilidades de que las células protectoras del cuerpo intenten invadir tejido extraño en los pulmones, evitando el rechazo del trasplante.
Cuando se indica
El trasplante de pulmón suele estar indicado en situaciones más graves, cuando los pulmones están gravemente afectados y, por tanto, no pueden proporcionar la cantidad de oxígeno necesaria. Las enfermedades que con mayor frecuencia requieren un trasplante son las siguientes:
- Fibrosis quística;
- Sarcoidosis;
- Fibrosis pulmonar;
- hipertensión pulmonar;
- Linfangioleiomiomatosis;
- Bronquiectasias graves;
- EPOC grave
Además de los trasplantes de pulmón, muchas personas tienen problemas cardíacos, por lo que en estos casos, es posible que se necesite un trasplante de corazón al mismo tiempo o poco después de un trasplante de pulmón para asegurar la mejoría de los síntomas.
En la mayoría de los casos, estas enfermedades se pueden tratar con terapias más simples y menos invasivas, como pastillas o ayudas respiratorias; sin embargo, cuando estas técnicas ya no tengan el efecto esperado, el trasplante puede ser una opción prescrita por el médico.
Cómo se realiza el trasplante
El proceso de trasplante comienza mucho antes de la cirugía, con una evaluación médica para identificar si existen factores que impidan su realización y determinar el riesgo de rechazo del nuevo pulmón. Tras esta valoración, y si el paciente es candidato, es necesario permanecer en lista de espera de donante compatible en el centro de trasplantes.
Esta espera puede durar desde unas pocas semanas hasta unos meses, dependiendo de determinadas características personales, como el tipo de sangre, el tamaño de los órganos y la gravedad de la enfermedad, por ejemplo. Cuando se encuentra un donante, el hospital se comunica con la persona que solicita que el órgano llegue lo antes posible para la cirugía. Por eso, es recomendable tener siempre una maleta o maleta con ropa lista para usar en el hospital.
Una vez que esté en el hospital, es necesaria una nueva evaluación para asegurarse de que la operación sea exitosa, y luego comienza el proceso de trasplante quirúrgico.
Que ocurre durante la operacion
La cirugía de trasplante de pulmón se realiza con anestesia general y puede tardar hasta 8 horas. Durante este tiempo, el cirujano extrae el pulmón enfermo, haciendo una incisión para separar los vasos sanguíneos y las vías respiratorias de los pulmones, y luego el nuevo órgano se coloca en su lugar y se vuelve a unir a los vasos y las vías respiratorias.
Debido a que es una operación bastante extensa, en algunos casos puede ser necesario conectar a la persona a una máquina que reemplaza los pulmones y el corazón.
Como es la recuperacion
La recuperación de un trasplante de pulmón generalmente toma de 1 a 3 semanas, dependiendo del cuerpo de cada persona. Después de la cirugía, es fundamental que permanezca en la UCI, ya que se debe utilizar un ventilador mecánico para ayudar al pulmón nuevo a respirar correctamente. Sin embargo, a medida que pasan los días, la máquina es cada vez menos necesaria y la hospitalización se puede realizar en otra zona del hospital, sin necesidad de ampliación de UCI.
Durante toda la estadía en el hospital, el medicamento se administrará por vía intravenosa para reducir el dolor y las posibilidades de rechazo y reducir el riesgo de desarrollar una infección. Después del alta, estos medicamentos se pueden tomar en tabletas hasta que se complete el proceso de recuperación. Solo los fármacos inmunosupresores deben mantenerse de por vida.
Tras el alta es necesario acudir a varias consultas con un neumólogo para asegurar que la recuperación se produce de la mejor forma, principalmente en los primeros 3 meses. Durante estas visitas, puede ser necesario realizar diversas pruebas, como análisis de sangre, radiografías e incluso un ECG.
Contraindicaciones para el trasplante de pulmón.
Aunque el trasplante se puede realizar en casi todas las personas con exacerbaciones de las enfermedades anteriores, está contraindicado en ciertos casos, especialmente si hay una infección activa, antecedentes de cáncer o enfermedad renal grave. Además, si la persona no desea realizar los cambios de estilo de vida necesarios para combatir la enfermedad, el trasplante puede estar contraindicado.