La cesárea está indicada en situaciones en las que un parto normal supone un mayor riesgo tanto para la mujer como para el bebé, como cuando el bebé está en la posición incorrecta, la embarazada tiene problemas cardíacos o incluso cuando el bebé tiene sobrepeso.
Sin embargo, una cesárea sigue siendo una operación que tiene ciertos efectos secundarios, como el riesgo de infecciones donde se realiza la incisión o sangrado, por lo que solo debe realizarse cuando exista una indicación médica.
La decisión de una cesárea la toma el obstetra, pero es importante tener en cuenta el deseo de la mujer embarazada de tener un parto normal o anormal. Aunque un parto normal es la mejor forma de dar a luz a un bebé, está contraindicado en determinadas ocasiones, por lo que se debe realizar una cesárea, y la decisión final la debe tomar el médico luego de determinar el estado de la madre y el estado de salud. del bebé.
Algunas de las razones para tener una cesárea son las siguientes:
1. Placenta previa o desprendimiento de placenta
La placenta previa ocurre cuando se fija en un lugar que evita que el bebé pase por el canal de parto y la placenta puede salir frente al bebé. Por otro lado, el desprendimiento de placenta ocurre cuando se libera del útero antes del nacimiento.
La indicación de cesárea en estas circunstancias se da porque la placenta es la encargada de suministrar oxígeno y nutrientes al bebé, y cuando está comprometida, el bebé puede resultar dañado por la falta de oxígeno, lo que puede causar daño cerebral.
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2. Bebés con síndromes o enfermedades
Los bebés a los que se les ha diagnosticado un síndrome o enfermedad, como hidrocefalia u onfalocele, que es cuando el hígado o los intestinos del bebé están fuera del cuerpo, siempre deben someterse a una cesárea. Esto se debe a que, en el caso del onfalocele, el proceso de parto normal puede dañar los órganos; Y en el caso de la hidrocefalia, las contracciones uterinas pueden dañar el cerebro.
3. Cuando la madre tiene una ITS
Cuando la madre tiene una infección de transmisión sexual (ITS) como el VPH o el herpes genital, que persiste hasta el final del embarazo, el bebé puede infectarse, por lo que está indicada la cesárea.
Sin embargo, si una mujer está siendo tratada por una ITS específica y tiene la infección bajo control, puede intentar dar a luz con normalidad.
Para las mujeres que tienen VIH, se recomienda iniciar el tratamiento antes del inicio del embarazo, ya que para evitar que el bebé se infecte durante el parto, la madre debe ser tratada con los medicamentos mencionados durante todo el embarazo; sin embargo, el médico puede optar por una cesárea. La lactancia materna está contraindicada, por lo que el bebé debe ser alimentado con biberón y destetado con leche artificial.
4. Cuando sale primero el cordón umbilical
Durante el parto, el cordón umbilical puede salir primero del cuerpo del bebé; En esta situación, el bebé corre el riesgo de quedarse sin oxígeno, ya que una expansión incompleta puede bloquear el paso del oxígeno a través del cordón, por lo que una cesárea es la opción más segura. Sin embargo, si la mujer está completamente dilatada, se puede realizar un parto normal.
5. Posición incorrecta del bebé
Si el bebé permanece en una posición que no sea boca abajo, como acostado de lado o boca abajo, y no gira antes del parto, lo más indicado es una cesárea porque existe un mayor riesgo tanto para la mujer como para el bebé debido a que las contracciones no son lo suficientemente fuertes, lo que complica el parto normal.
La cesárea también puede estar indicada cuando el bebé está en la posición correcta, pero la cabeza está ligeramente hacia atrás y la barbilla hacia arriba. Esto aumenta el tamaño de la cabeza del bebé, lo que dificulta que el bebé atraviese los huesos de la cadera de la madre.
6. En el caso de gemelos
En los embarazos gemelares, cuando ambos bebés están colocados correctamente boca abajo, el parto puede ser normal; sin embargo, cuando uno de ellos aún no ha rotado hasta el parto, se puede recomendar una cesárea. Por otro lado, si hay tres o cuatro, incluso con la cabeza baja, es recomendable que se realice una cesárea.
7. Bebé con sobrepeso
Cuando un bebé pesa más de 4,5 kg, puede resultarle muy difícil pasar por el canal vaginal porque su cabeza es más grande que el espacio en el hueso de la cadera de la madre; Por este motivo, en este caso, la cesárea es la más indicada. Sin embargo, si la madre no tiene diabetes o diabetes gestacional y no tiene otras condiciones agravantes, su médico puede sugerir un parto normal.
8. Otras enfermedades maternas
Cuando la madre padece determinadas enfermedades, como problemas cardíacos o pulmonares, púrpura o cáncer, el médico deberá evaluar los riesgos del parto; Si son leves, puede esperar un parto normal. Por otro lado, cuando el médico determina que esto podría poner en peligro la vida de la mujer o del bebé, puede sugerir una cesárea.
9. Sufrimiento fetal
Cuando los latidos del corazón del bebé son más débiles de lo normal, puede haber signos de sufrimiento fetal; En este caso, puede ser necesaria una cesárea, ya que en esta situación, el bebé puede carecer de oxígeno en el cerebro, lo que puede provocar daños cerebrales, como discapacidad motora, por ejemplo.