Un pie torcido, también conocido como pie torcido, es una malformación congénita en la que un bebé nace con un pie hacia abajo y hacia adentro, una condición llamada pie congénito unilateral; o con ambos pies hacia abajo y hacia adentro, una condición llamada pie zambo congénito bilateral.
Esta condición tiene cura y su tratamiento da excelentes resultados, pues el niño podrá caminar con normalidad si el tratamiento se realiza correctamente e inmediatamente después del nacimiento a través del método Ponceti o en situaciones en las que no lo corrige, el médico podría optar. para realizar cirugía y fisioterapia, que no curarían completamente sino mejorarían la condición.
La planta del pie puede considerarse un defecto físico cuando ocasiona limitaciones, dificultades o deformidades que comprometen algunas actividades cotidianas o la actividad profesional. En este caso, se requiere un informe médico para confirmar y confirmar la deficiencia.
Posibles Causas
Las causas de la curvatura del pie aún se desconocen y se debaten mucho. Algunos investigadores creen que esta condición es esencialmente genética y que ciertos genes responsables de esta deformidad se activaron durante el desarrollo del bebé.
Otra teoría que también ha sido aceptada y discutida es la que afirma que en el interior del pie y el pie pueden estar presentes células con capacidad para contraerse y estimular el crecimiento, que al contraerse dirigen el crecimiento y desarrollo del pie. .
Aunque existen varias teorías sobre la aparición de un pie torcido, es importante comenzar el tratamiento temprano y seguirlo adecuadamente para evitar recurrencias.
Tratamiento de pie torcido
La planta del pie se puede corregir hasta que el tratamiento se inicie rápidamente. La edad ideal para hacer esto es controvertida, ya que algunos ortopedistas sugieren que debe hacerse inmediatamente después del nacimiento, mientras que otros sugieren que el tratamiento comience cuando el bebé tenga 9 meses o unos 80 cm de altura.
El tratamiento se puede realizar con la ayuda de manipulaciones o cirugía, y esta última está indicada solo cuando el primer método no es efectivo. El método principal para tratar un pie torcido se conoce como método Poncy, que consiste en manipular los pies del niño por un ortopedista y aplicar un yeso cada semana durante aproximadamente 5 meses para lograr la alineación adecuada de los pies, huesos y tendones de los pies.
Después de este período, el niño debe usar botas ortopédicas durante el día durante 3 meses y luego por la noche durante 3 o 4 años, para evitar que el pie se vuelva a doblar. Cuando el método Poncy se realiza correctamente, el niño puede caminar y desarrollarse normalmente.
Sin embargo, en los casos en que el método Poncy no sea efectivo, puede estar indicada la cirugía, que debe realizarse antes de que el niño cumpla 1 año. En esta operación, los pies se colocan en la posición correcta y se estira el tendón de Aquiles, un procedimiento llamado tenotomía. Aunque también es eficaz y mejora la apariencia del pie del niño, es posible que con el tiempo pierda la fuerza de los músculos de las piernas y los pies, provocando dolor y entumecimiento. Sin embargo, la fisioterapia puede ayudar en estos casos, mejorando la posición correcta de los pies y fortaleciendo los músculos de las piernas y los pies del niño.