La uña, también conocida como paroniquia, es una inflamación que se desarrolla alrededor de las uñas de las manos o los pies, provocada por el crecimiento de microorganismos que se encuentran naturalmente presentes en la piel, como bacterias del género Staphylococcus y Streptococcus principalmente.
Esta inflamación suele desencadenarse por el acto de morder la piel de la cutícula o por grietas, cortes o desgarros que se forman con la barra de cutícula, y el tratamiento consiste en el uso de ungüentos antiinflamatorios y cicatrizantes, según lo recomendado por el dermatólogo.
Principales síntomas
La uña es un proceso inflamatorio provocado por microorganismos, provocando los síntomas que se mencionan a continuación:
- Enrojecimiento alrededor de la uña;
- Dolor en la región;
- Hinchazón;
- Aumento de la temperatura local;
- Presencia de pus.
El diagnóstico de este problema lo realiza el dermatólogo observando los síntomas presentados, sin necesidad de pruebas específicas. Sin embargo, si la uña es común, puede ser recomendable retirar el pus para examen microbiológico para identificar el microorganismo responsable y, así, indicar la realización de un tratamiento más específico.
Aunque, en la mayoría de los casos, la uña está asociada a una infección bacteriana, también puede ocurrir por la proliferación del hongo Candida albicans, que también está presente en la piel; o ser causada por un virus del herpes, llamado herpes zóster, que ocurre cuando una persona tiene el virus del herpes oral activo y se transmite a las uñas cuando una persona muerde o quita la piel con los dientes, por lo que este tipo de paroniquia está más asociado con uñas.
¿Cómo debe ser el tratamiento?
El médico prescribe el tratamiento de la uña de acuerdo con los signos y síntomas presentados, y se puede prescribir el uso de ungüentos que contienen antibióticos; Por tanto, de esta forma es posible luchar contra el agente infeccioso. También se recomienda que la zona se lave adecuadamente y que la persona evite morderse las uñas o quitarse la cutícula para evitar nuevas infecciones.
Generalmente, la uña dura de 3 a 10 días, y el tratamiento debe mantenerse hasta la completa regeneración de la piel. Durante el tratamiento, es recomendable secarse bien las manos después de mojarlas y usar guantes siempre que lave platos o ropa. En caso de paroniquia de los pies, se recomienda no usar zapatos cerrados durante el tratamiento.