Es normal que los ojos de un recién nacido estén siempre más sucios que los de los adultos, pero si estas secreciones son claras y fluidas, no hay que preocuparse y siempre se deben limpiar con gasas y suero fisiológico para evitar cualquier infección.
Cuando los ojos de un bebé producen ojos muy llorosos y esto se acompaña de síntomas como picazón, enrojecimiento y ojos llorosos, pueden ser signos de conjuntivitis en el bebé.
Esta enfermedad se puede sospechar principalmente si los laganos son amarillentos y más gruesos de lo normal, pudiendo incluso dejar los ojos pegados. En este caso, es muy importante llevar al bebé al pediatra para que pueda ser evaluado. Vea cómo identificar la conjuntivitis en bebés.
Los principales motivos del exceso de lagañas
Además de la conjuntivitis, que puede ser viral o bacteriana, otras posibles causas de ojos llorosos y llorosos en su bebé pueden ser:
- Gripe o resfriado: En este caso, el tratamiento consiste en mantener los ojos del bebé debidamente limpios y fortalecer el sistema inmunológico con jugo de naranja con limón en caso de que ya se esté alimentando. A medida que la enfermedad se cura, los ojos del bebé ya no están tan sucios.
- Gas lacrimógeno obstruido, que afecta al recién nacido, pero tiende a resolverse por sí solo hasta 1 año. En este caso, el tratamiento consiste en limpiar los ojos con suero fisiológico y hacer un pequeño masaje presionando la comisura desde el interior de los ojos con el dedo; pero en los casos más graves puede ser necesario realizar una pequeña operación.
Los ojos llorosos también pueden ocurrir cuando el bebé se frota accidentalmente la uña en el ojo, dejando los ojos irritados. En este caso, basta con limpiar los ojos del bebé con solución salina o agua hervida.
Qué hacer para limpiarle los ojos a tu bebé
Todos los días durante el baño se debe verter un poco de agua tibia en la cara del bebé, sin poner ningún tipo de jabón para no quemarle los ojos, pero sí limpiarle los ojos adecuadamente, sin riesgo. el deterioro de la situación se debe a:
- Humedezca una gasa o un apósito esterilizado con solución salina o té de manzanilla recién preparado, pero a temperatura ambiente;
- Aplique la compresa o gasa en un ojo al mismo tiempo, en la dirección de la esquina del ojo hacia afuera, para no obstruir el conducto lagrimal como se muestra en la imagen de arriba.
Otra preocupación importante es usar siempre gasa para cada ojo, no usar la misma gasa si le limpias los dos ojos al bebé. Es aconsejable limpiar los ojos del bebé de esta manera hasta por 1 año, incluso si no es doloroso.
Si bien los ojos del bebé siempre están limpios, también es importante que la nariz esté siempre limpia y libre de secreciones porque el conducto lagrimal puede bloquearse cuando se tapa la nariz, lo que aún favorece la proliferación de virus o bacterias. Para limpiar la nariz de tu bebé, es recomendable limpiar la parte más externa con un algodón fino en solución salina y luego usar un aspirador nasal para eliminar por completo la suciedad o las secreciones.
Cuando acudir a un oftalmólogo
El bebé debe ser llevado a un oftalmólogo si hay rezagos amarillos y gruesos, que son necesarios para limpiar los ojos del bebé o del niño más de 3 veces al día. Si el bebé se despierta con muchos defectos oculares y tiene dificultad para abrir los ojos porque las pestañas están pegadas, se debe llevar al bebé inmediatamente al médico porque puede ser conjuntivitis, para lo cual se debe usar medicación.
El bebé también debe ser llevado a un oftalmólogo si hay muchas quejas, aunque sean claras, porque necesita lavarse los ojos más de 3 veces al día, ya que esto puede indicar un bloqueo del conducto lagrimal.