Leche de bruja: ¿Es normal que la leche salga del pecho de un bebé?

La leche de bruja o galactorrea en un recién nacido es una situación en la que el pezón del bebé puede endurecerse, hincharse y eyacular.

Esta situación es normal y puede ocurrir tanto en niños como en niñas, porque el bebé aún tiene en el organismo las hormonas de la madre encargadas del desarrollo de las glándulas mamarias.

Esta secreción de leche no es una enfermedad y no ocurre en todos los recién nacidos; También desaparece naturalmente cuando el cuerpo del bebé comienza a eliminar las hormonas maternas del torrente sanguíneo.

Por que pasa

La producción de leche para bebés es una situación normal que puede ocurrir hasta 3 días después del nacimiento. Este hecho se produce principalmente porque el bebé aún se encuentra bajo la influencia de las hormonas maternas, que se transmiten de madre a hijo durante el embarazo y la lactancia.

De esta forma, como consecuencia del aumento de la concentración de hormonas maternas en la sangre del bebé, se puede observar hinchazón de la mama y, en algunos casos, de la zona genital. Sin embargo, debido a que el cuerpo del bebé libera hormonas, es posible notar una reducción de la hinchazón sin necesidad de un tratamiento específico.

Hacer

En la mayoría de los casos, la inflamación de las mamas y la producción de leche mejoran sin un tratamiento especial; Sin embargo, para acelerar la mejoría y evitar una posible inflamación, se recomienda:

  • Limpiar los senos del bebé con agua, en caso de que la leche comience a salir de los pezones;
  • No apriete el pecho del bebé para producir leche, porque en estos casos puede haber inflamación y mayor riesgo de infección;
  • No masajee el área, porque también puede causar inflamación.

Generalmente, entre 7 y 10 días después del nacimiento, es posible notar una reducción de la hinchazón y la ausencia de secreción de leche por el pezón.

Cuando ver a un pediatra

Es importante ver a un pediatra con el bebé cuando la hinchazón no mejora con el tiempo o cuando se notan otros síntomas, como enrojecimiento en la zona, fiebre en la región y fiebre superior a 38 ° C. En estos casos, las mamas del bebé pueden estar infectadas, y el pediatra debe indicar el tratamiento más adecuado, que generalmente se realiza con antibióticos, y en los casos más graves con cirugía.

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