La manía es una de las etapas del trastorno bipolar, un trastorno también conocido como enfermedad maníaco-depresiva. Este se caracteriza por un estado de euforia intensa, en el que hay un aumento de energía, excitación, inquietud, delirios de majestad y menor necesidad de dormir; Incluso puede provocar agresiones, delirios y alucinaciones.
En cuanto a la hipomanía, este es un cuadro más leve de manía, que muestra síntomas menos severos que interfieren en menor medida en la vida diaria de una persona y pueden tener una locuacidad inusual, mayor disposición, impaciencia, mayor sociabilidad, iniciativa. y energía para realizar las actividades diarias.
Una persona con trastorno bipolar experimenta cambios de humor entre ataques de manía o hipomanía y depresión. Generalmente, cuando cambian los episodios de manía y depresión, la enfermedad se clasifica como Trastorno bipolar tipo 1. Ahora que cambia entre hipomanía y depresión, se clasifica como Trastorno bipolar tipo 2.
Es importante tener en cuenta que no todos los cambios de humor indican manía o trastorno bipolar, ya que es común que todas las personas tengan pequeños cambios de humor durante el día o la semana. Para detectar la manía bipolar, es necesario que el psiquiatra evalúe los signos y síntomas y determine si son característicos de la enfermedad.
Principales síntomas
La manía bipolar y la hipomanía provocan sentimientos de euforia desproporcionados a cualquier evento positivo. Los principales síntomas incluyen:
1. Hipomanía
Los signos y síntomas de un episodio de hipomanía son similares a los de una manía, pero son más leves. Los principales incluyen:
- Euforia o estado de ánimo elevado;
- Mayor creatividad;
- Reducir la necesidad de dormir, sintiéndose descansado después de dormir durante aproximadamente 3 horas, por ejemplo;
- Hablar más de lo habitual o decir tonterías;
- Pensamiento de carreras;
- Distracción fácil;
- Agitación o aumento de energía para realizar actividades;
- Realice fácilmente actividades que requieran mayor precaución, como compras ilegales, inversiones financieras arriesgadas y aumento del deseo sexual.
Los síntomas de la hipomanía generalmente no afectan las relaciones sociales y profesionales ni causan síntomas como delirios o alucinaciones y generalmente duran poco tiempo, aproximadamente una semana.
Además, estos síntomas no son lo suficientemente graves como para requerir hospitalización y, en algunos casos, pueden pasar desapercibidos. En estos casos, muchos pacientes terminan siendo pacientes con depresión porque los cambios de humor pueden pasar desapercibidos.
2. Manía bipolar
El episodio maníaco tiene síntomas que incluyen:
- Euforia excesiva;
- Autoconfianza inflada o delirios de grandeza;
- Hablar en exceso;
- Pensamiento acelerado con un vuelo de ideas;
- Muchas distracciones;
- Mayor entusiasmo o energía para realizar actividades;
- Pérdida de control sobre sus actitudes;
- Participar en actividades de riesgo que normalmente requerirían precaución, como inversiones financieras arriesgadas, compras ilegales o un aumento significativo del deseo sexual, por ejemplo;
- Puede haber irritabilidad o agresión;
- Puede haber ilusiones o alucinaciones.
Para que el episodio se caracterice como manía, debe haber al menos 3 síntomas, que deben durar al menos 4 días y persistir durante la mayor parte del día o, en casos muy graves, llegar al punto de necesidad de hospitalización.
Estos síntomas son tan intensos que suelen afectar las relaciones sociales y profesionales del paciente, considerada una emergencia médica y social, que debe ser tratada lo antes posible.
Cómo se hace el diagnóstico
Un episodio de manía o hipomanía es identificado por un psiquiatra, quien evalúa los síntomas reportados por el paciente o familiares cercanos.
Además, es importante que el médico realice evaluaciones y pruebas que puedan descartar otras enfermedades o situaciones que causen síntomas similares, como trastornos de la tiroides, efectos secundarios de medicamentos como corticosteroides, uso de drogas ilícitas u otras enfermedades psiquiátricas, como como la esquizofrenia o los trastornos de la personalidad, por ejemplo.
Conozca los principales trastornos mentales y cómo identificarlos.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento del trastorno bipolar lo dirige un psiquiatra a través de fármacos estabilizadores del estado de ánimo, como el litio o el valproato, por ejemplo. Los antipsicóticos, como haloperidol, quetiapina u olanzapina, también pueden estar indicados para calmar el comportamiento y reducir los síntomas psicóticos.
La psicoterapia realizada por un psicólogo es muy útil para ayudar al paciente y su familia a afrontar los trastornos del estado de ánimo. Los fármacos ansiolíticos también pueden estar indicados en casos de agitación intensa; La terapia electroconvulsiva también puede estar indicada en casos severos o refractarios.