El vómito con sangre, científicamente conocido como hematemesis, es la sangre no digerida que sale de la boca, la cual puede ser causada por cualquier cambio que afecte los órganos del tracto gastrointestinal, como el estómago, el esófago y la garganta.
La sangre puede estar presente en cantidades pequeñas o grandes y siempre se debe informar a un médico, ya que puede causar afecciones graves que requieren tratamiento. El diagnóstico de hematemesis se realiza por endoscopia, que evalúa la integridad del tracto gastrointestinal, el tratamiento es prescrito por un gastroenterólogo o médico de cabecera y tiene como objetivo determinar la causa de los vómitos con sangre, diferente para cada caso.
Vomitar sangre puede ser el resultado de varias afecciones, como:
1. Várices esofágicas
Las várices esofágicas son vasos sanguíneos dilatados en el esófago, que pueden ocurrir debido a la obstrucción de la circulación del sistema portal hepático y al aumento de la presión venosa en el esófago, generalmente debido a la cirrosis del hígado, que corresponde al sistema responsable de drenar la sangre. proviene de los órganos abdominales. De esta forma, ante la presencia de obstrucción en este sistema, se produce un aumento de la presión de las venas esofágicas, provocando sangrado que se puede identificar por vómitos de sangre o heces oscuras e incómodas, palidez y mareos.
Hacer: Si se sospecha de varices y la persona vomita sangre, es muy importante acudir al hospital de urgencias de inmediato para detener el sangrado. Cuando una persona ya tiene un diagnóstico de varices, lo más recomendable es ir acompañado de un gastroenterólogo para indicar el tratamiento más adecuado para mejorar la causa de las varices y prevenir el sangrado. Para ello se suele recomendar el uso de betabloqueantes, así como la cirugía.
2. Gastritis
La gastritis es una inflamación del revestimiento del estómago que, si no se identifica o trata a tiempo, puede provocar una úlcera que puede sangrar con el tiempo y provocar vómitos con sangre y heces oscuras con un olor desagradable. Además, la persona puede experimentar otros síntomas de gastritis, como malestar abdominal, sensación de ardor en el abdomen y náuseas. Aprenda a reconocer la gastritis.
Hacer: Lo más indicado en estos casos es acudir a un gastroenterólogo para que realice pruebas para determinar el grado de inflamación en el estómago, para que el médico pueda indicar el tratamiento más adecuado. El tratamiento es con varios medicamentos como inhibidores de la producción de ácido, antiácidos o incluso antibióticos si la gastritis es causada por una infección.
Además, es importante realizar cambios en los hábitos alimenticios, reduciendo así la inflamación del estómago, evitando ingerir alimentos ricos en grasas, embutidos, pimientos, café, bebidas picantes y alcohólicas.
3. Esofagitis
La esofagitis es una inflamación del esófago, la estructura que conecta la boca con el estómago, provocada principalmente por la presencia de reflujo gástrico, en el que todo el contenido ácido del estómago llega al esófago, inflamándolo y provocando lesiones sangrantes. , además de sabor amargo en la boca y dolor de garganta.
Hacer: Es importante identificar la causa de la esofagitis para poder iniciar el tratamiento más adecuado. Muy a menudo, el médico de cabecera o gastroenterólogo sugiere el uso de medicamentos para reducir la acidez gástrica, además de realizar cambios en la dieta. Vea qué es la esofagitis y cómo se trata.
4. Úlceras
La presencia de una úlcera de estómago suele ocurrir como consecuencia de una gastritis crónica. Los síntomas que suelen estar presentes son dolor en la cavidad del estómago que puede irradiarse al lado derecho o izquierdo del abdomen, náuseas y vómitos, que a menudo pueden ir acompañados de sangre. Vea cómo reconocer los síntomas de una úlcera de estómago.
Hacer: Al igual que ocurre con la gastritis y la esofagitis, el médico recomienda el uso de fármacos que prevengan la inflamación del estómago y lo protejan, y deben usarse de acuerdo con la recomendación del médico, lo que evitará la irritación de la mucosa gástrica y facilitará la cicatrización de las úlceras. , a pesar de los cambios en los hábitos alimentarios.
5. Sangrado nasal
Cuando las hemorragias nasales son muy graves, la persona puede inadvertidamente tragar la sangre y luego eliminarla vomitando. La mayoría de las veces, los vómitos con sangre causados por sangrado nasal no son graves, sin embargo, es importante que la persona controle la frecuencia con la que se produce el sangrado y la cantidad de sangre extraída, y es importante consultar a un médico en caso de es muy frecuente.
Hacer: Para detener las hemorragias nasales y evitar los vómitos con sangre, se recomienda comprimir la nariz con un paño y aplicar hielo en la zona, manteniendo la cabeza inclinada hacia adelante. Aprenda qué hacer si tiene una hemorragia nasal.
6. Cáncer
La presencia de tumores en el estómago o el esófago puede hacer que la sangre fluya por la boca, pero este síntoma es más común en las etapas más avanzadas del cáncer. Además de los vómitos con sangre, a menudo se pueden identificar otros signos y síntomas de la enfermedad, como pérdida de apetito, pérdida de peso, heces oscuras con un olor fuerte, sensación de saciedad, fatiga excesiva y malestar abdominal. Obtenga más información sobre el cáncer de esófago.
Hacer: En caso de que se considere la posibilidad de cáncer de estómago o de esófago, es importante realizar pruebas diagnósticas, como endoscopia o biopsia, y en caso de confirmación iniciar un tratamiento rápido, previniendo la progresión de la enfermedad y algunas complicaciones.
Vómitos con sangre en bebés.
El bebé también puede vomitar sangre y un pediatra debe investigar la causa. Generalmente, cuando el bebé vomita sangre, puede ser un indicio de enfermedades hemorrágicas como deficiencia de vitamina K, enfermedad hepática, infecciones graves o, en casos menos graves, tragar sangre durante la lactancia debido a la presencia de grietas o llagas en el pezón. de la madre.
En los niños mayores, los vómitos de sangre pueden ocurrir al tragarse un diente, sangrar por la nariz, una tos fuerte o tomar medicamentos, por ejemplo.