El coma etílico, también llamado coma alcohólico, ocurre cuando una persona pierde el conocimiento debido a los efectos del exceso de alcohol en el cuerpo. Generalmente, esto ocurre cuando se bebe de manera incontrolable, excediendo la capacidad del hígado para metabolizar el alcohol, lo que lleva a la intoxicación del cerebro y algunos otros órganos del cuerpo. Cuando tienes más de 3 gramos de alcohol por litro de sangre, existe un mayor riesgo de padecer coma etílico.
Esta afección se considera una afección grave y, si no se trata a tiempo, puede provocar la muerte debido a una disminución de la capacidad respiratoria, una frecuencia cardíaca más lenta y una disminución de los niveles de glucosa en sangre u otras complicaciones. , como el desarrollo de arritmias y coma diabético (cetoacidosis), p. ej.
Al identificar signos y síntomas que indican que un individuo está sufriendo un posible coma etílico como pérdida de sensibilidad, dificultad para respirar y sueño profundo en el que la persona no responde a llamadas y estímulos, es importante llamar a una ambulancia lo antes posible. lo más rápido posible para evitar que la situación empeore, ya que puede provocar graves consecuencias neurológicas o la muerte.
¿Cuándo puede haber coma etílico?
Un signo de coma alcohólico es quedarse dormido o perder el conocimiento después de un consumo excesivo de bebidas alcohólicas. Algunos signos que pueden ocurrir antes de un coma alcohólico son:
- Somnolencia excesiva;
- Desmayo o pérdida del conocimiento;
- Dificultad para articular palabras o frases;
- Incapacidad para concentrarse;
- Pérdida de sensibilidad y reflejos;
- Dificultad para caminar o pararse.
Esto se debe a que, aunque el alcohol inicialmente tiene un efecto desinfectante, su consumo excesivo produce lo contrario, lo que eventualmente provoca una depresión del sistema nervioso. Después de un exceso de alcohol, la inhibición excesiva del sistema nervioso central puede provocar la incapacidad para contener la respiración, una frecuencia cardíaca más lenta y una caída de la presión arterial. En caso de que el tratamiento no se lleve a cabo correctamente, puede provocar la muerte.
Estos signos y síntomas se producen cuando el hígado, que se encarga de metabolizar y ayudar a eliminar el alcohol, ya no es capaz de metabolizar toda esta sustancia ingerida, lo que lleva a un aumento de la concentración de alcohol en sangre a niveles tóxicos. Conozca los otros efectos del alcohol en el cuerpo.
Qué hacer en caso de coma etílico
En primer lugar, es muy importante prestar atención a la aparición de síntomas que preceden al coma etílico, especialmente la dificultad para articular palabras o frases, desorientación, somnolencia y vómitos. Si la persona aún tiene un cierto nivel de conciencia y logra comer, es posible prevenir el deterioro mediante la hidratación con agua y la ingesta de alimentos, especialmente dulces.
Sin embargo, en caso de que se identifique alguno de los síntomas que indican coma etílico, es necesario llamar de inmediato a la asistencia médica para ayudar a la persona lo antes posible.
Además, hasta que llegue la ayuda médica, la persona debe acostarse de lado, realizando la denominada «posición lateral de seguridad» para evitar asfixia por vómitos. Para evitar la hipotermia, es importante asegurarse de que el rostro esté cubierto y en un ambiente cálido, donde no haya corrientes de aire frío ni exposición a cambios bruscos de temperatura.
No se recomienda ofrecer líquidos, alimentos o medicamentos si la persona no está consciente, ya que esto puede aumentar el riesgo de ahogamiento. Tampoco está indicado para inducir el vómito o bañarse en agua fría para intentar despertar el inconsciente. En caso de que la persona haya dejado de respirar o de latir, se debe realizar una maniobra de reanimación cardiopulmonar.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento del coma etílico por parte del equipo médico se realiza con suero intravenoso para hidratar el organismo, acelerar la eliminación del alcohol, restaurar la glucosa intravenosa, reponer vitamina B1 y regular los niveles de electrolitos, si se encuentran alterados.
Asimismo, si es necesario, el médico puede sugerir el uso de fármacos antieméticos o antiepilépticos, según los síntomas que presente el paciente. El monitoreo constante de los signos vitales de una persona es importante, ya que la afección puede empeorar y puede producirse un paro cardíaco o respiratorio.
Después de la recuperación, se recomienda advertir al paciente y familiares sobre los peligros del alcoholismo y, si es necesario, derivar a la persona a un centro especializado para el tratamiento del alcoholismo.