Placenta: que es, tipos y problemas más comunes

La placenta es un órgano que existe solo durante el embarazo y tiene varias funciones, como apoyar al bebé en el útero, proporcionar nutrientes y oxígeno de la sangre de la madre al bebé y secretar algunas hormonas esenciales para esta etapa.

Las funciones de la placenta son:

  • Proporcionar nutrientes y oxígeno al bebé;
  • Producción de hormonas;
  • Protección inmunológica del bebé;
  • Proteger al bebé de golpes en el abdomen de la madre;
  • Elimina los desechos que genera el bebé, como la orina.

La placenta es fundamental para el desarrollo del bebé, pero durante el embarazo puede sufrir cambios no deseados, lo que conlleva riesgos y complicaciones para la madre.

¿Cómo se forma la placenta?

La placenta está formada por tejidos del útero y el feto. El crecimiento de la placenta es rápido y en el primer trimestre del embarazo es más grande que el bebé. Alrededor de la semana 16 de gestación, la placenta y el bebé tienen el mismo tamaño y, al final del embarazo, el bebé ya pesa aproximadamente 6 veces más que la placenta.

La placenta se extrae durante el parto, ya sea por cesárea o de forma natural. Después de que nace el bebé, la placenta sale espontáneamente después de 4 o 5 contracciones uterinas, que son menos dolorosas que las contracciones cuando nace el bebé.

Los cambios más comunes en la placenta.

Idealmente, la placenta permanece intacta durante el embarazo para que el desarrollo del bebé sea normal. Sin embargo, durante el embarazo pueden ocurrir algunos cambios en la placenta que pueden tener consecuencias tanto para la madre como para el bebé si no se identifican y se toman las medidas necesarias. Algunos cambios que pueden afectar la placenta son:

1. Placenta previa o placenta baja

La placenta previa, también llamada placenta de inserción baja, ocurre cuando la placenta se desarrolla parcial o completamente en la parte inferior del útero, lo que puede evitar un parto normal. La placenta previa es común al comienzo del embarazo, por lo que no debería ser una preocupación, porque durante el crecimiento del útero durante el embarazo, es posible que la placenta se mueva al lugar correcto, lo que permite un parto normal.

Sin embargo, cuando la placenta previa persiste hasta el tercer trimestre del embarazo, puede impedir el desarrollo del bebé al nacer. Este cambio es más común en mujeres con embarazos gemelares, aquellas que tienen cicatrices uterinas, que tienen más de 35 años o que tienen antecedentes de placenta previa.

La manifestación de la placenta previa suele ser un sangrado vaginal, por lo que es importante consultar a un ginecólogo y obstetra para realizar un diagnóstico y reducir el riesgo de parto prematuro y complicaciones durante el parto. Obtenga más información sobre la placenta previa y sus tipos.

2. Desprendimiento de placenta

El desprendimiento de placenta responde a una situación en la que la placenta se separa de la pared uterina, provocando sangrado vaginal y calambres abdominales severos. Debido a la separación de la placenta, hay una disminución en la cantidad de nutrientes y oxígeno que se entregan al bebé, lo que dificulta su desarrollo.

El desprendimiento de placenta puede ocurrir con más frecuencia que la semana 20 de gestación y puede provocar un parto prematuro. Conozca las principales causas y el tratamiento de la placenta previa.

3. Placenta accreta

Cuando la placenta permanece adherida a la pared del útero, resistente a la eyaculación en el momento del parto. Este problema puede provocar un sangrado que requiera una transfusión de sangre y, en los casos más graves, la extirpación completa del útero y poner en riesgo la vida de la madre.

4. Placenta calcificada o envejecida

Es un proceso normal y está relacionado con el grado de desarrollo de la placenta. Este cambio es solo un problema si la placenta está en calcificación de grado III antes de las 34 semanas, ya que puede causar una disminución de la tasa de crecimiento fetal. Generalmente, la mujer no presenta síntomas y el médico la diagnostica mediante ecografías de rutina.

5. Infarto placentario o trombosis placentaria

El infarto de placenta ocurre cuando hay trombosis, que es un bloqueo de un vaso sanguíneo en la placenta que causa una reducción en la cantidad de sangre que fluye hacia el bebé. Aunque esta complicación puede dar lugar a abortos espontáneos, también puede pasar desapercibida y no causar problemas durante el embarazo.

6. Rotura del útero

Es una ruptura de los músculos del útero durante el embarazo o el parto, que puede provocar un parto prematuro y la muerte de la madre o el feto. La rotura uterina es una complicación poco común que se trata con cirugía durante el parto y sus síntomas son dolor intenso, sangrado vaginal y latidos cardíacos lentos del feto.

Para prevenir e identificar cambios en la placenta antes de que ocurran problemas graves, se deben monitorear las visitas obstétricas de rutina y se deben realizar los exámenes de ultrasonido necesarios en cada etapa del embarazo. En caso de sangrado vaginal o dolor severo en el útero, busque ayuda médica.

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