Los síntomas de la rubéola

La rubéola es una enfermedad contagiosa que generalmente no es grave pero que causa síntomas como manchas rojas que pican que aparecen primero en la cara y detrás de la oreja y continúan por todo el cuerpo, hacia los pies.

Los primeros síntomas de la rubéola son similares a los de la gripe y se manifiestan por fiebre baja, enrojecimiento, ojos llorosos, tos y secreción nasal. Después de 3 a 5 días, aparecen manchas rojas en la piel que duran aproximadamente 3 días.

Así, los síntomas característicos de la rubéola son:

  • Fiebre hasta 38 ° C;
  • Secreción nasal, tos y estornudos;
  • Dolor de cabeza;
  • Incomodidad;
  • Glándulas inflamadas, especialmente las cercanas al cuello;
  • Conjuntivitis;
  • Manchas rojas con picazón en la piel.

La fase de mayor riesgo de contagio abarca los 7 días que preceden a la aparición de pequeñas manchas en la piel y duran hasta 7 días después de su aparición.

Los síntomas de la rubéola durante el embarazo y en los bebés infectados después del nacimiento son los mismos que se observan en cualquier etapa de la vida. Sin embargo, cuando la madre se infecta durante el embarazo, el bebé puede verse gravemente afectado.

¿Cómo saber si es rubéola?

Generalmente, el diagnóstico consiste en una evaluación física de la persona, en la que el médico examina la piel del rostro para ver si existen erupciones cutáneas y valorar otros síntomas característicos de la enfermedad, como manchas blancas en la boca, fiebre, tos y dolor de garganta.

Para saber si una persona tiene rubéola, los síntomas que muestran deben ser monitoreados para ver si se ha utilizado una vacuna triple viral para proteger contra la enfermedad. Si no está vacunado, su médico puede ordenar un análisis de sangre para identificar los anticuerpos formados contra el rubivirus, que causa la rubéola. Aunque es poco común, algunas personas que han recibido la vacuna del triple virus también pueden contraer la enfermedad, ya que la vacuna tiene solo un 95% de efectividad. Obtenga más información sobre la vacuna contra la rubéola.

Todas las mujeres embarazadas que hayan tenido rubéola o hayan recibido la vacuna del triple virus durante el período en el que no sabían que estaban embarazadas deben someterse a un control designado por un médico para confirmar la salud y el desarrollo del feto, ya que la exposición al virus de la rubéola durante El embarazo puede tener graves consecuencias para el bebé.

Tratamiento de la rubéola

El tratamiento de la rubéola consiste en controlar los síntomas de la enfermedad con paracetamol, para reducir el dolor y la fiebre, así como el reposo y la hidratación, para que la persona se recupere más rápido y se aísle del contacto con otros miembros de la familia. Su ropa y sus artículos personales deben estar separados hasta que la fiebre baje y el sarpullido desaparezca.

Los niños que nacen con rubéola congénita porque se infectaron durante el embarazo deben estar acompañados por un equipo de médicos, ya que puede haber una variedad de complicaciones. Así, además del pediatra, los niños deben ser evaluados por especialistas y fisioterapeutas que puedan ayudar en su desarrollo motor y cerebral.

La prevención de la rubéola se puede realizar aplicando la vacuna del triple virus, que protege contra las paperas, comúnmente llamadas paperas, sarampión y rubéola. Esta vacuna es parte del calendario nacional de vacunación para niños, pero los adultos no vacunados también pueden recibir la vacuna, excepto las mujeres embarazadas.

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