La frecuencia cardíaca en bebés y niños es normalmente más rápida que en adultos, y esto no es motivo de preocupación. Algunas situaciones que pueden hacer que el corazón de un bebé lata más rápido de lo normal son cuando tiene fiebre, llora o durante juegos que requieren cierto esfuerzo.
En cualquier caso, es bueno tener en cuenta si se presentan otros síntomas como decoloración de la piel, mareos, desmayos o dificultad para respirar, ya que pueden ayudar a identificar lo que está sucediendo. Es importante que si los padres notan alguno de estos cambios, acudan a un pediatra para una evaluación completa de la salud del corazón.
Tabla de latidos del corazón en niños
La siguiente tabla muestra las variaciones normales en la frecuencia cardíaca desde un recién nacido hasta los 18 años de edad:
100 a 180 latidos / min | 130 latidos / min |
70 a 170 latidos / min | 120 latidos / min |
80 a 160 latidos / min | 120 latidos / min |
80 a 130 latidos / min | 110 lpm |
80 a 120 latidos / min | 100 latidos / min |
75 a 115 latidos / min | 100 latidos / min |
70 a 110 latidos / min | 90 latidos / min |
70 a 110 latidos / min | 90 latidos / min |
60 a 110 latidos / min | 85 lpm |
* latidos / min: latidos por minuto.
Los cambios en la frecuencia cardíaca se pueden considerar como:
- Taquicardia: cuando el pulso es más alto de lo normal para la edad: más de 120 latidos / min en niños y más de 160 latidos / min en bebés de hasta 1 año;
- Bradicardia: cuando el pulso es más bajo de lo deseado para la edad: por debajo de 80 latidos / min en niños y por debajo de 100 latidos / min en bebés hasta 1 año.
Para confirmar que el latido del corazón ha cambiado en el bebé o niño, se debe mantener en reposo durante 5 minutos, y luego se debe confirmar con un monitor de frecuencia cardíaca en la muñeca o dedo.
Obtenga más información sobre cómo medir su frecuencia cardíaca.
¿Qué puede cambiar el pulso en los niños?
Los bebés suelen tener un ritmo cardíaco más rápido que un adulto, lo cual es perfectamente normal. Sin embargo, existen determinadas situaciones que pueden hacer que la frecuencia cardíaca aumente o disminuya.
Aumento de la frecuencia cardíaca:
Las situaciones más comunes son fiebre y llanto, pero hay otras más graves como falta de oxígeno al cerebro, en caso de dolor severo, anemia, alguna enfermedad cardíaca o después de una cirugía cardíaca.
Disminución de la frecuencia cardíaca:
Esta es una condición más rara, pero puede ocurrir cuando hay un cambio congénito en el corazón que afecta al marcapasos cardíaco, hay bloqueos en el sistema de conducción de los impulsos nerviosos, infecciones, alteraciones del sueño, hipoglucemia, hipotiroidismo materno, lupus eritematoso sistémico, fetal. enfermedad del sistema nervioso central fetal o presión intracraneal elevada debido a hidrocefalia, p. ej.
Qué hacer cuando se cambia el pulso
En muchos casos, un aumento o disminución de la frecuencia cardíaca en la infancia no es grave y no indica una enfermedad cardíaca significativa, pero dado que la frecuencia cardíaca del bebé o del niño ha cambiado, los padres deben llevarlo a un hospital para recibir tratamiento. .
En los casos más graves, suelen estar presentes otros síntomas como desmayos, fatiga, palidez, fiebre, tos con flema y decoloración de la piel que puede parecer más azulada.
En base a esto, los médicos deben realizar pruebas para identificar qué está presentando el bebé y enumerar el tratamiento, que se puede realizar tomando medicamentos para combatir la causa del cambio del ritmo cardíaco, o incluso el médico puede sugerir una cirugía. .
Señales de advertencia para acudir al pediatra
El pediatra generalmente evalúa el funcionamiento del corazón después del nacimiento, y también en la primera consulta del bebé, que se realiza mensualmente. Por esta razón, si hay un cambio cardíaco significativo, su médico puede detectarlo en una consulta de rutina, incluso si no hay otros síntomas.
Si su bebé o niño tiene los síntomas que se enumeran a continuación, debe consultar a un pediatra lo antes posible:
- El corazón late mucho más rápido de lo normal y obviamente causa malestar;
- El bebé o el niño se desvanece o se desmaya;
- El niño dice que el corazón late muy rápido sin hacer ningún esfuerzo ni actividad física;
- El bebé o el niño pueden sentirse débiles o mareados.
Estos casos siempre deben ser evaluados por un pediatra, quien puede solicitar pruebas para evaluar el corazón del bebé o del niño, como un electrocardiograma y un ecocardiograma, por ejemplo.