La culebrilla, conocida popularmente como culebrilla, es una enfermedad infecciosa causada por el mismo virus del sarampión, que puede reaparecer en la edad adulta provocando ampollas rojas en la piel y puede aparecer en cualquier parte del cuerpo como la cara, el pecho y los brazos, pudiendo afectar los ojos. y orejas.
Afecta solo a personas que ya tienen sarampión, es más común después de los 60 años y se trata con medicamentos antivirales como aciclovir, así como con analgésicos recetados por un médico para aliviar el dolor de piel. heridas.
Principales síntomas
Los signos y síntomas característicos de la culebrilla son:
- Ampollas y enrojecimiento que afectan solo un lado del cuerpo, debido a que acompañan la ubicación del nervio en el cuerpo, recorriendo su longitud y formando un camino con una serie de ampollas y llagas a nivel del pecho. espalda o abdomen;
- Picazón en la región afectada;
- Sensación de dolor, hormigueo o ardor en el área afectada;
- Fiebre entre 37 y 38ºC;
El diagnóstico de herpes zóster se suele realizar sobre la base de una evaluación clínica de los signos y síntomas mostrados por la persona, así como de la observación de las lesiones cutáneas. Estos síntomas de la culebrilla pueden presentarse en otras enfermedades como el impétigo, la dermatitis de contacto, la dermatitis herpetiforme y con el propio herpes simple, por lo que el diagnóstico debe ser realizado por un médico.
Cómo se propaga la culebrilla
El herpes zóster es una enfermedad contagiosa para quienes nunca han tenido varicela ni se han vacunado, porque son enfermedades causadas por el mismo virus. Por lo tanto, los niños u otras personas que nunca hayan tenido varicela deben mantenerse alejados de las personas que tienen herpes zóster, así como no tener contacto directo con su ropa, sábanas o toallas. Obtenga más información sobre la propagación del herpes zóster.
Las personas que ya tienen sarampión cuando están en contacto con una persona con herpes zóster están protegidas y, por lo general, no desarrollan la enfermedad.
¿Puede regresar el herpes zóster?
El herpes zóster puede reaparecer en cualquier momento en personas que ya han tenido sarampión o el herpes zóster en algún momento de sus vidas, porque el virus permanece latente o inactivo en el cuerpo durante muchos años. Entonces, cuando hay un debilitamiento del sistema inmunológico, el virus puede replicarse y causar culebrilla.
Las personas que tienen mayor riesgo de desarrollar herpes zóster son los mayores de 60 años; tienen enfermedades autoinmunes como el SIDA y el lupus; someterse a quimioterapia o; tiene un tratamiento prolongado con corticosteroides.
Sin embargo, el herpes zóster también puede ocurrir en adultos que se esfuerzan demasiado o se están recuperando de una enfermedad como la neumonía o el dengue, porque el sistema inmunológico se debilita en estas situaciones. En general, fortalecer el sistema inmunológico puede ser una buena estrategia para prevenir su aparición.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento para el herpes zóster se realiza con medicamentos antivirales como aciclovir, fanciclovir o valaciclovir para reducir la propagación del virus, reduciendo las ampollas, la duración y la gravedad de la enfermedad. Los analgésicos también pueden ser necesarios para aliviar el dolor causado por las lesiones. El médico puede recetar:
- Aciclovir 800 mg: 5 veces al día durante 7 a 10 días;
- Fanciclovir 500 mg: 3 veces al día durante 7 días;
- Valaciclovir 1000 mg: 3 veces al día durante 7 días.
Sin embargo, es importante seguir las instrucciones de su médico, ya que él o ella puede sugerir otra dosis durante otro período de tiempo si lo considera necesario.
Tratamiento en el hogar para el herpes zóster
Un buen remedio casero para complementar el tratamiento prescrito por el médico es fortalecer el sistema inmunológico consumiendo té de equinácea y consumiendo alimentos ricos en lisina. Vea más consejos en el video a continuación:
Además, se debe tener cuidado durante el tratamiento, por ejemplo:
- Lavar la zona afectada diariamente con agua tibia y jabón neutro sin frotarla, secarla bien para evitar el desarrollo de bacterias en la piel;
- Use ropa de algodón cómoda y holgada para permitir que la piel respire;
- Aplique una compresa fría de manzanilla en el área afectada para aliviar la picazón;
- No aplique pomadas ni cremas sobre las ampollas, evitando la irritación de la piel.
Es importante recordar que para que sea más eficaz, el tratamiento debe comenzar tan pronto como aparezcan las lesiones cutáneas.
Eche un vistazo a otros remedios caseros para el herpes zóster.
Complicaciones de la culebrilla
La complicación más común de la culebrilla es la neuralgia postherpética, que es una continuación del dolor durante semanas o meses después de que las ampollas en la piel han desaparecido. Esta complicación es más común en personas mayores de 60 años, y se caracteriza por un dolor más intenso que en el período en el que las heridas estaban activas, por lo que la persona permanece en reposo y no puede retomar sus actividades habituales.
Otra complicación menos común es cuando el virus llega al ojo, provocando inflamación de la córnea y problemas de visión, en cuyo caso es importante acudir a un oftalmólogo para determinar el tratamiento más adecuado.
Otros problemas menos comunes que puede causar el herpes zóster, dependiendo de la zona afectada, son neumonía, problemas de audición, ceguera o hinchazón en el cerebro, por ejemplo. Y solo en casos extremadamente raros, generalmente en personas de edad avanzada y con un sistema inmunológico comprometido, la enfermedad puede causar la muerte.