Ciprofloxacino: para que sirve, como tomarlo y efectos secundarios

La ciprofloxacina, también conocida como ciprofloxacina, es un antibiótico de amplio espectro perteneciente al grupo de las fluoroquinolonas, que está indicado para el tratamiento de infecciones respiratorias, urinarias, digestivas e incluso para el tratamiento de la gonorrea, por ejemplo.

Este medicamento se encuentra disponible en farmacias, en su versión genérica o bajo los nombres comerciales de Cipraín, Ciprobac, Grifociprox, Ciproflox o Cipro XR, y en presentación oral en forma de tabletas o tabletas, suspensión, solución inyectable, oftálmica y oftálmica.

Como antibiótico, la ciprofloxacina solo debe usarse bajo la supervisión de un médico y solo se puede comprar con receta médica.

Para qué sirve

Este antibiótico está indicado para el tratamiento de diversas infecciones, como:

  • Infecciones oftálmicas: blefaritis, conjuntivitis, absceso corneal;
  • Infecciones respiratorias: neumonía, bronquitis, sinusitis;
  • Infecciones genitales: gonorrea, cervicitis, epididimitis, enfermedad pélvica inflamatoria;
  • Infecciones del tracto urinario: cistitis, uretritis gonocócica, pielonefritis aguda;
  • Infecciones abdominales: diarrea infecciosa, infecciones intraabdominales;
  • Infecciones de la piel, tejidos blandos, huesos y articulaciones.

También se puede utilizar en casos de otitis media y en la prevención y el tratamiento del carbunco. Es importante recordar que el ciprofloxacino no tiene ningún efecto sobre los virus y, por tanto, no está indicado para el tratamiento de infecciones virales.

Dosis de ciprofloxacina

En adultos, la dosis recomendada varía en función de la enfermedad a tratar, que puede ser:

Problema con el que lidiar:Dosis diaria recomendada:
Infecciones respiratorias 250 a 500 mg cada 12 horas
Sinusitis aguda 500 mg cada 12 horas

Infecciones del tracto urinario

250 mg cada 12 horas

Cistitis aguda (sin complicaciones) 250 mg cada 12 horas
Diarrea infecciosa 500 mg cada 12 horas
Gonorrea Dosis única de 250 mg

La duración del tratamiento también varía según la infección a tratar. Así, el tratamiento puede ser desde 1 día en los casos de gonorrea hasta un máximo de 7 días, como en los casos de infecciones de los riñones, tracto urinario y cavidad abdominal; sin embargo, en casos más graves como la osteomielitis, por ejemplo, el tratamiento puede tardar más de 1 mes.

Sobre inyecciones de ciprofloxacina, se reserva para infecciones más graves, como infecciones intraabdominales agudas, infecciones moderadas del tracto urinario y tratamiento por inhalación de carbunco, p. ej.

Sobre ciprofloxacina oftalmológicamente Puede presentarse en forma de colirio o pomada oftálmica, ambos deben aplicarse con una adecuada limpieza de manos para evitar la contaminación de la zona. La dosis debe ser administrada por un oftalmólogo según la causa.

El médico debe ajustar la dosis de ciprofloxacina en personas con insuficiencia renal o hepática, ya que el metabolismo de este fármaco puede exacerbar la enfermedad renal y hepática.

Los principales efectos secundarios

Algunos de los efectos secundarios más comunes que pueden ocurrir durante el tratamiento con ciprofloxacina son náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal.

También pueden producirse rotura del tendón de Aquiles, disminución del apetito, agitación, dolor de cabeza, mareos, convulsiones, alucinaciones, alteraciones del gusto, pancreatitis, erupción cutánea, picor y urticaria, dolores corporales, malestar general, fiebre y disfunción renal.

En los niños, la ciprofloxacina puede causar dolor en las articulaciones, por lo que este medicamento debe ser indicado por un pediatra para evitar complicaciones.

Contraindicaciones

La ciprofloxacina está contraindicada en mujeres embarazadas y lactantes, que deben esperar 48 horas después de finalizar el tratamiento con este fármaco para volver a amamantar.

También debe evitarse en personas alérgicas a las fluoroquinolonas o quinolonas o cualquiera de los componentes presentes en la fórmula, también está contraindicado en personas con antecedentes de trastornos tendinosos por el uso de quinolonas, y antecedentes de miastenia gravis que pueden empeorar. síntomas.

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